domingo, 28 de junio de 2009
sábado, 28 de marzo de 2009
miércoles, 23 de enero de 2008
SANTIAGO GÓMEZ PINTADO - MI VIDA
Es el relato de mi vida tal y como yo la he percibido a traves de los acontecimientos y las personas que han configurado la persona que hoy soy.
INTRODUCCIÓN
Cuando alguien piensa hacer algo que no es corriente, que se sale de lo normalmente aceptado, casi todo el mundo, y especialmente los que mas te quieren, suelen advertirte : !Cuidado! no lo hagas porque hay un Dragón que te puede destrozar.
Ese Dragón que casi nadie ha visto pero al que tanto se le teme, parece marcar las reglas por las que el comun de los mortales debe caminar en la vida si quiere vivir tranquilo y en paz.
Casi nadie hace cosas que le puedan enfadar y, para ello, se suele actuar haciendo las cosas que todo el mundo espera.
Mi vida, hora es reconocerlo, ha sido una lucha interna conmigo mismo, forzosamente inconsciente en los primeros años, donde siempre he sentido la necesidad de llegar a ver los ojos del Dragón. Esa ha sido, sin duda, la causa de tantas decisiones dificiles y arriesgadas que he tomado en mi vida. No me atraia la idea de tener que luchar contra un Dragón, pero queria, al menos, verle los ojos, mirarle de frente e intentar comprender porque dominaba a casi todos y porque le temian tanto.
Cabe preguntarse ahora, si he podido llegar a ver los ojos del Dragón. Si, le he visto, he podido mirar sus ojos frios y terribles, y he comprendido que siempre estará ahí, amenazando a todos los que quieran ser ellos mismos y no acepten dejarse anular o intimidar.
¿Cual es el precio que hay que pagar por ver los ojos al Dragón? No lo se exactamente, yo he pagado un alto precio, pero estoy seguro que hubiese sido mucho peor si me hubiese dejado intimidar pues nunca hubiese sabido porque actua tan injusta y salvajemente.
A partir de ahora mediré mejor mis fuerzas, y juro que nunca me convertiré en un ser docil y sin personalidad, porque eso seria como vivir estando muerto.
MI VIDA
LOS OJOS DEL DRAGÓN
18 de Julio de 1936
I
En Madrid apunta el dia con esa atmósfera fresca, propia del amanecer en verano, pero que no engaña a los madrileños que,dadas las fechas,saben el calor que habrá que soportar en la ciudad durante el dia.Este verano no es como los anteriores, aunque lo podria parecer si alguien observa a los barrenderos que van, como todos los dias,limpiando las aceras con sus mangas de riego formando arcos de agua que, gracias a su pericia, se acercan pero no llegan a mojar los zapatos de los pocos viandantes que, a estas horas tempranas, caminan ya por Madrid.
Mientras las calles se pueblan poco a poco,van abriendo los bares de los que sale un imconfundible olor a café. Enseguida se nota, entre las personas que van entrando, una general preocupación por los sucesos acaecidos en los dias anteriores.Se habla de la huelga de la construcción que ha enfrentado a los sindicatos UGT y CNT, y sobre todo de la aparición, cinco dias antes, del cadaver de D.José Calvo Sotelo en el cementerio del este y de los insistentes rumores del alzamiento militar en la peninsula ya que, en Marruecos, el ejercito se ha sublevado.
Se comenta, en voz baja, que se ha producido el levantamiento de la guarnición militar de Melilla contra el gobierno Republicano y han declarado el estado de Guerra en todo el Marruecos Español.
Hace poco mas de dos meses que D. Manuel Azaña es el Presidente de la Republica y, en el Palacio Nacional de Madrid, antes Palacio Real, donde reside, se ha reforzado la vigilancia con nuevos efectivos de la guardia civil, mientras su posible defensa se ha encomendado a dos compañias del Regimiento Inmemorial numero 1.
Las noticias escasean porque las comunicaciones con Marruecos están cortadas, segun se dice, desde el dia anterior, pero a casi nadie se le oculta lo peligroso de la situación que se vive y el dificil equilibrio en que, hace muchos dias, están conviviendo las diferentes fuerzas antagonicas que dividen a los ciudadanos y que amenaza con romperse en cualquier momento.
II
Consuelo ha preparado, como todos los dias, el desayuno a Manolo, su marido, "el torero" como ella le llamaba, y de quien solia decir que, aunque entendia de toros, le gustaban mas las vacas....
Manuel Gómez Montejano habia nacido con el siglo, es decir, en el año 1900 exactamente, tenia trenta y seis años y era taxista, con un coche Ford que habia comprado gracias a un prestamo que le habia dado su suegro D. Nicolas Pintado.
Consuelo, siete años mas joven, se habia casado con Manuel cuando tenia solo diecinueve años y ahora estaba embarazada de siete meses.
El matrimonio no habia tenido suerte porque un hijo de pocos dias habia fallecido en los brazos de Consuelo cuando, enfermo, le llevaban al hospital y, años despues, ella habia tenido un aborto gemelar.
Los sufrimientos, aunque no se olvidan, pasan y, ahora, estaban de nuevo contentos con el nuevo embarazo de Consuelo. El matrimonio vivia en el numero 10 de la calle de Fray Luis de León en Madrid, que no se sabia muy bien si pertenecia al barrio de Embajadores o al de Lavapies.
Manuel tenia diez hermanos y una hermana y su juventud se habia pasado, al igual que sus hermanos varones, trabajando duro, con su padre, en el vaciado de terrenos en Madrid. El Sr Toribio, "El Colorao" como le conocia todo el mundo, habia nacido en Estremera de Tajo, cerca de Tarancón, y habia sido un hombre duro y honrado que hizo trabajar, de la misma forma, a todos sus hijos dandoles herramientas para ello: mulas o caballos que tiraban de un carro-volquete donde se transportaban las tierras y escombros desde los vaciados al vertedero.
En aquellos momentos en España el futbol no existia y era la fiesta Nacional, la fiesta de los toros,la que se llevaba muchos de los anhelos de la juventud de entonces.Los hijos del "colorao" eran una familia de toreros frustrados porque casi todos los hermanos habian intentado vestirse de luces y se las arreglaban para ir a capeas informales donde, mientra toreaban a añojos y erales, parecia que si, pero cuando estos animales crecian y se convertian en novillos con toda la barba, y con todos los cuernos, pues la cosa cambiaba; eso si, no se perdian una corrida si la podian pagar, y "de salón" toreaban magnificamente.
La vivienda de Consuelo y Manolo estaba en el primero de una casa de cinco pisos y veinte viviendas propiedad del padre de Consuelo que era "el Casero" y a quien los inquilinos pagaban el correspondiente alquiler que, en el caso de Consuelo y Manuel, era mas bien teórico. En los bajos del edificio habia un estanco que regentaba Consuelo, "la estanquera" como la conocian en el barrio, quien despachaba tabaco y sellos de correos, mientra Manuel "hacia el taxi" por Madrid.
Nicolas, el padre de Consuelo, habia tenido con su mujer, Leonor ,nada menos que ventidós hijos, de los cuales, entonces, solo sobrevivian cinco hijas. Eran otros tiempos donde los matrimonios tenian muchos hijos porque tambien morian frecuentemente en sus primeros años de vida, y la perdida de las criaturas se padecia como algo inevitable y natural.
D. Nicolas habia demostrado ser un hombre de una valia fuera de lo común. Nacido en Chinchón, un pueblo cercano a Madrid, no habia podido ir a la escuela, cosa que en aquella epoca era bastante comun, especialmente en los pueblos donde los hijos se dedicaban, desde muy pequeños, a ayudar a sus padres en las labores del campo.
Con diecisiete años, Nicolás se vino a la capital encontrando empleo en la fábrica de harinas de San Antonio que estaba en el paseo de las Acacias muy cerca de la glorieta de Embajadores, y donde empezó a cumplir su trabajo barriendo y limpiando las naves de la fabrica.
Hombre fuerte y sin duda inteligente, Nicolás despertó pronto el interés de sus superiores quienes le fueron ascendiendo en la empresa mientras el, por su cuenta, aprendia a leer y escribir. En cuanto le fué posible se casó con una guapa mujer, su primera novia, que habia conocido en otro pueblo cercano al suyo. Leonor con sesenta años, conservaba en su cara parte de la indudable belleza que habia tenido, pero su cuerpo delataba los veinte embarazos que habia soportado.
Consuelo, la estanquera, adoraba a su padre, y siempre que podia solia destacar sus muchas cualidades, entre las que destacaba el enamoramiento que D. Nicolás sentia por su esposa Leonor, y, para demostrarlo, contaba dos sucesos acaecidos años antes.
Parece ser que, en una ocasión, D. Nicolás, tuvo que ir a pagar una importante factura por el trigo comprado para su Fabrica, a una acaudalada señora propietaria, a la sazón, de muchas hectareas de tierra de labranza. Es conveniente aclarar que, en la epoca que ocurrieron los hechos, D Nicolás, era un zagal de mas de un metro ochenta y cinco de estatura y una complexión fisica mas que aceptable, configurada, sin duda,por la cantidad de sacos de harina que habia tenido que cargar y descargar en su vida antes de ser el dueño de la Fabrica.
La destacada señora, al saber de la presencia, en su casa,de D. Nicolás, al que ya conocia, ordenó a su sirviente que le hiciera pasar, recibiendole vestida con una bata que, una vez se quedaron solos en la habitación, se quitó, ofreciendo al sorprendido fabricante las indudables delicias de su cuerpo desnudo que, el propio interesado, en comentarios posteriores, calificó de "extraordinario".
Al decir de Consuelo, su padre, ante esa inesperada situación reaccionó con tranquilidad y mesura diciendo : "Tápese señora que yo respeto a mi mujer de la que estoy enamorado". Nada aclaraba Consuelo sobre lo que sucedió despues, se supone que la sorprendida señora se abrocharia la bata y recibiria el dinero que D Nicolás llevaba para ella.
La otra anecdota que Consuelo contaba de su admirado padre, al que ponia siempre como ejemplo de amor y fidelidad a su mujer, Leonor, se referia al grupo de amigos con los que solia jugar, despues del trabajo y en la propia fabrica, una partida de cartas.
Parece ser que un compañero y amigo de D. Nicolas, directivo de la fabrica de harinas, le preguntó con la confianza logica de la amistad : ¿Como es que tu nunca quieres venir con nosotros cuando vamos en busca e alguna aventura femenina?
D. Nicolás, con el aplomo que le caracterizaba contestó : " A mi me gusta mi mujer, aunque si, algun dia, encontrais una mujer con el coño en el sobaco podria que valiese la pena probar, sino ¿para que voy a buscar otra mujer si me gusta la que tengo?
Ante tan contundentes razones, sus amigos ya no contaban con Nicolás para estas aventuras, pero sabian que siempre podian encontrar,en el, al amigo autentico para todo lo demás.
Manuel no se llevaba ni bien ni mal con su suegro al que le estaba agradecido porque, gracias a el, habia podido dejar de transportar tierras y ladrillos con un carro y una mula al prestarle el dinero para comprar un Taxi y su licencia, pero le fastidiaba la admiración y, sobre todo, la continua mención que de el hacia Consuelo quien le ponia de ejemplo continuamente.
Cada vez que esto sucedia Manolo sentia como si su mujer le dijera : "Mi padre vale mas que tu, tiene mas dinero que tu y....no mira a las mujeres como tu".
III
No era el marido de Consuelo un hombre al que le interesara la politica, pero su condición de taxista le hacia estar, necesariamente, informado de los aconteceres mas destacados de la realidad diaria en Madrid.
Era normal en aquellos años,incluso un signo de sencillez y educación, que, durante el tiempo que durase la carrera, el Taxi se convirtiera en un autentico lugar de confesión para algunos pasajeros quienes descargaban, en el taxista, parte de sus preocupaciones aprovechando para contrastar con el la opinion que pudiese tener sobre acontecimientos de rabiosa actualidad.
Asi, aquella mañana, mientras tomaba con su esposa el tazón de café con leche y sopas de pan, Manolo la estuvo hablando sobre los comentarios que, el dia anterior, habia podido escuchar de sus clientes mientras los transportaba por Madrid.
Era como si todo el mundo se hubiese puesto de acuerdo en que algo importante iba a ocurrir y existia, sin duda, una preocupación generalizada.
Segun contó Manuel a Consuelo, un agente de seguros catalán le habia asegurado que la aviación estaba ya bombardeando Barcelona donde se habia proclamado "El Estat Catalá", y una señora cuya hija vivia en San Sebastian, según dijo, habia escuchado de ella por telefono que, en San Sebastian, se habian hechado a la calle los requetés.
Lo que si conocia Manuel por si mismo, y porque se notaba en las recaudaciones del Taxi, eran los efectos de la huelga de la construcción que, esos dias, enfrentaba fuertemente a la UGT y a la CNT. No obstante se comentaba que, en caso de un alzamiento militar, estas dos sindicales se unirian a los comunistas y, juntos, exigirian al gobierno les entregase las armas para enfrentarse a los militares que se habia sublevado.
Es necesario aclarar que, entre los vecinos de la casa de Fray Luis de León nº10, donde vivian Consuelo y Manolo, habia de todo, derechas e idquierdas, mas bien de estas ultimas porque, en ese barrio de Madrid, los vecinos eran, normalmente, empleados por cuenta ajena, y por lo tanto de idquierdas, mientras que el casero y su hija Consuelo, la estanquera, ademas de algun otro vecino como el Sr Sevilla, Sargento de la policia de trafico, o D.Tomás, el Director del colegio que estaba en los bajos del edificio, eran de derechas.
Esa era la situación al menos en la zona de Embajadores y Lavapies donde, sin embargo, ninguna consecuencia parecida se podía sacar de las personas que iban a misa porque, en aquellos días, no era inconveniente alguno creer y rezar a Maria Auxiliadora o a Santa Rita, ir a misa y, sin embargo, ser de izquierdas.
Para refrendar esto ultimo no había mas que acercarse un primer viernes de Marzo, de cualquier año, a la Iglesia de Jesús de Medinaceli, cerca de la Plaza de Neptuno ,y ver como se formaban larguísimas colas de personas que seguían en ellas mas de veinticuatro horas y dormían en la calle, para tener la oportunidad de ganar especiales indulgencias y, sobre todo, de besar los pies de Jesús de Medinaceli, una talla impresionante de Jesús Nazareno, perteneciente a la Escuela Sevillana, tallada en la primera mitad del siglo XVII en Sevilla por Juan de Mesa o alguno de sus discípulos, y que fue llevada por los monjes capuchinos a la plaza fuerte de Mehdia, en Marruecos, para culto de los soldados Españoles.
En Abril de 1681, cae en manos de los moros que la arrastran por las calles de Mequinez aunque, poco después, es rescatada por los monjes Trinitarios llegando a Madrid, con fama de milagrosa, en el verano de 1682.
IV
El palacio de Buenavista es la sede en Madrid del Ministerio de la Guerra. Es un edificio rodeado de árboles y protegido por una fuerte verja. Desde el balcón del despacho del Ministro se ven, sin dificultad, el Banco de España, el Ministerio de Marina, la estatua de la Cibeles y el Palacio de Comunicaciones. No lejos están el Ministerio de Fomento, el de Instrucción Publica y el de Gobernación.
Casares Quiroga, ministro de la Guerra y Presidente del Consejo, está sentado en un cómodo butacón con las piernas cruzadas y los brazos apoyados en los del sillón.
A pesar del calor, viste americana cruzada de color oscuro. Los ojos negros, vivos y hundidos, acentúan su expresión de cansancio , se pasa la mano por el rostro; se siente febril y empieza a ganarle la fatiga. Sentado ante su enorme mesa, en este suntuoso despacho se siente empequeñecido. Las nuevas que se reciben de África son poco tranquilizadoras; la resistencia está siendo dominada y los militares ya son dueños de las plazas de soberanía y de todo el Protectorado. Aunque los partes llegan confusos y, a veces, contradictorios, parece que algunos aviones leales han bombardeado Tetuán, pero no se han observado reacciones significativas entre los rebeldes.
Frente a el, en otro sillón, uniformado con cuidadosa elegancia militar, don Miguel Núñez de Prado, General de división procedente del arma de caballería y director de las plazas del Protectorado.
Antes de acudir a la entrevista, requerido por el ministro, ha tomado, por su parte, las medidas que ha creído necesarias. En general, el espíritu de los aviadores es favorable al gobierno. Esta mañana, y en vista de que el aeródromo de Tetuán ha caído también en poder de los rebeldes, han cursado la orden de que se bombardeen los objetivos de Marruecos.
- Lo que debemos procurar, señor ministro, es mantener localizada la sublevación. Si la escuadra bloquea el estrecho, con que, de cuando en cuando, cañonee Melilla, Ceuta y Larache, y la aviación efectúe algunos raids, con ese castigo, y sabiéndose aislados, caerán en el desanimo y en el desconcierto.
Están llegando al Ministerio malas noticias. El General Franco se ha sublevado en Canarias, ha lanzado por radio un manifiesto y se ha dirigido a las guarniciones de Marruecos, de la Península y de Baleares.
- Aceptemos entonces los hechos como son aunque, según mis noticias, Franco, que es un hombre muy precavido, no había entrado en la conjura. El general Franco es decidido y cauto en una sola pieza, y…. que se haya embarcado en esta aventura me da que pensar; medida y combinada debe estar la jugada….
-Yo señor ministro, juzgo importantísima la baza de Zaragoza para el caso de que la sublevación se corriera a la Península, Zaragoza es punto clave. Haré lo que pueda para evitar que el regimiento de caballería se lance a la calle, aunque muchos soldados están de permiso….
- Por otro lado la ciudad es hostil; el elemento obrero, muy numeroso, puede servir de contrapeso…en fin…
El general se pone en pie antes de que lo haga el ministro.
- Le deseo mucha suerte, Don Miguel; la Republica y su Gobierno confían plenamente en usted….
- Gracias Don Santiago, veremos lo que puede hacerse. Quizás, al fin, no pase nada. sublevarse es cosa dura, España es republicana a pesar de que en las elecciones de Febrero no podemos negar que las derechas…Bueno, ya no es momento de preocuparse de los votos.
- En la puerta de su despacho, Casares Quiroga despide efusivamente al general que, con paso digno, atraviesa la antesala saludando a algunos de los que esperan. Son amigos políticos, diputados, dirigentes de los partidos de izquierda que vienen a ofrecerse, a inquirir noticias o a darlas.
Acaba de instalarse en su despacho de la Secretaria general de la Unión general de Trabajadores, situado en la calle de Fuencarral. Es también presidente de la casa del Pueblo y de la agrupación Socialista Madrileña y diputado a Cortes por Madrid. Francisco Largo Caballero, uno de los políticos mas influyentes y poderosos, es el único que pudiendo movilizar a centenares de miles de trabajadores de las provincias españolas está decidido a hacerlo. Nació en Madrid, en el barrio de Chamberí, el 15 de Octubre de 1869, tiene pues en la actualidad sesenta y seis años. Desde niño se vio obligado a ganarse la vida duramente. En su juventud fue estuquista de oficio; desde el año 1890 pertenece a la Unión General de Trabajadores.
Francisco Largo Caballero no cree en la lealtad de los militares que insiste en proclamar el presidente del Gobierno y Ministro de la guerra, el republicano Casares Quiroga. Está convencido de que están a punto de sublevarse en la Península, incluso en Madrid. También está convencido que el Gobierno no dispone de medios suficientes para hacer frente a la sublevación y que de no lanzar a la calle a las milicias socialistas y a las masas obreras, en colaboración con las demás organizaciones izquierdistas, políticas y sindicales, los militares, los monárquicos y los fascistas, se adueñaran del poder.
Una lucha a muerte se ha planteado en España; el fracaso de una intentona derechista, la desarticulación del Ejercito de clase y de fuerzas de orden público obedientes a la burguesía y a la reacción, darán ocasión a los obreros de apoderarse de los resortes del mando. Salvo en Cataluña, Zaragoza, Gijón, quizá Sevilla y en algunos puntos aislados de menor importancia, la Unión General de Trabajadores es la organización obrera más numerosa, disciplinada y mejor organizada. Desde este despacho puede ordenar su movilización; ya ha comenzado a hacerlo.
A pesar de que no solo en Madrid, sino también en algunas provincias, cuentan con algún armamento, principalmente pistolas, las armas de que disponen son insuficientes para hacer frente a las fuerzas militares, ni siquiera en escaramuzas callejeras y en el interior de las ciudades. Conseguir armas, y mantener alerta en el campo y en las ciudades a los miembros de la UGT, es su labor.
El enemigo no solo es el clero, los militares monárquicos, derechistas o abiertamente fascistas, no son únicamente los falangistas, carlistas, cedistas y demás, lo son también aquellas fuerzas liberales, republicanos y demócratas que ocupan el Gobierno y que por ceguera, imprevisión o cobardía se niegan a armar al pueblo.
Contra ellos ha de librar el primer combate, un combate incruento, político, pero con la necesaria firmeza para reclamar las armas a las que el pueblo tiene derecho y que convenza a los militantes socialistas que todavía permanecen ciegos y todavía creen, con ingenuidad culpable, que la situación actual puede resolverse políticamente; son quienes desean que nada cambie, los que, en realidad, no anhelan en el fondo de su conciencia el verdadero socialismo. Y, entre esos, está Indalecio Prieto que ha conseguido dominar en la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español, y Besteiro, profesor de lógica de la Universidad Madrileña. Políticos, y no luchadores obreros, son sus más sutiles enemigos.
V
Las calles del Madrid de 1936 eran de adoquines y todavía el asfalto no era, ni mucho menos, lo mas corriente en la pavimentación, aunque empezaba a utilizarse.
Es de destacar que los adoquines de granito representaron, a partir de 1845, una clara mejora en el aspecto de las calles de Madrid. Se acarreaban desde las poblaciones cercanas de Torrelodones y Galapagar.
Poco después, hacia 1850, el arroyo central de las calzadas se sustituye por los dos laterales, y la red de alcantarillas se extiende poco a poco hasta alcanzar, en 1857,cerca de la mitad de las calles, mientras que la basura, después de los efectos mortíferos de la epidemia de 1834, ya no se acumula en los portales, sino que se saca a la calle de donde es retirada, cada mañana, por un carro que anuncia su presencia al tintineo de la campanilla.
En Madrid, la oscuridad de la noche retrocede, por fin, con el alumbrado de reverbero de gas, del que se llegan a instalar hasta dos mil luces en 1848, mientras que dos años antes, en 1846, se construye “La Inclusa” donde, cada año. nacen 5000 niños y mueren 1000.
En las noches calurosas del mes de Julio en Madrid no era facil dormir, dentro de las casas, y era la costumbre, después de cenar, bajar a la calle, “a tomar el fresco” como se decía, con las sillas o taburetes necesarios para formar una improvisada tertulia en la que solían participar los vecinos que bajasen, mientras los chavales que hubiesen sido autorizados por sus padres a no acostarse todavía, participaban en juegos que, dado lo avanzado de la hora, debían ser necesariamente silenciosos.
Entonces, en muchas calles de Madrid no pasaban casi coches durante el día y mucho menos durante la noche, así que los pocos viandantes que a esas horas transitasen por las calles estaban obligados a pasar ante los grupos de vecinos que, sentados enfrente de los portales de sus casas, esperaban charlando, en voz mas bien baja, a que transcurriesen una o dos horas, la temperatura descendiera y ya pudiesen irse a dormir con la esperanza de poder conciliar el sueño.
En la casa de Fray Luis de León 10, Fidela, la portera, cerraba el portal a las once en punto. Fidela era un autentico portento de calidad humana y de respeto para los vecinos a los que servia con dignidad aunque sin servilismo. Tenía sesenta y tres años y había tenido la mala suerte de quedarse viuda de un hombre tan bueno como ella pero mucho menos inteligente. Ella y sus dos hijos, Luisa y Julián, eran gente de izquierdas, de acuerdo con lo que había sido siempre su marido, y vivían en una pequeña vivienda que daba a un patio situado dentro del edificio, donde estaba el WC que podían también usar los vecinos, en caso de necesidad, sin tener que subir a su piso obligatoriamente.
Julián, el hijo de Fidela, trabajaba en "La Standard” como mecánico pero lo que de verdad le gustaba era la guitarra flamenca con la que se ganaba sus buenas pesetas acompañando a cantaores en salas de fiestas y tablaos de Madrid.
Consuelo apreciaba y respetaba a Fidela y esta la correspondía con esa humildad digna y esa inteligencia suya natural, aunque ambas respetaban sus respectivas posiciones de hija del casero y de portera del edificio.
Aquella noche de Julio, después de que “la Señora Fidela”, como todo el mundo la llamaba, cerrase el Portal, estaban, además de Consuelo y Luisa, la hija de Fidela, tres vecinas y dos niños, a los que luego, mas tarde, se añadieron dos de los maridos . Manolo, el taxista, no había llegado todavía, cosa, por otra parte, bastante normal.
Era una noche extraña porque no corría una sola gota de aire y una calma chicha lo rodeaba todo dando una sensación de extraño vacío que propiciaba, sin saber porqué, el que las conversaciones se mantuviesen en voz baja . Sin ponerse de acuerdo, nadie quería hablar de ello pero estaba en todas las mentes que allí, entre los vecinos que estaban tomando el fresco, había quienes estaban a favor de las izquierdas y quienes pensaban de forma completamente distinta.
Hasta hoy, hasta esa misma noche, los vecinos habían sido amigos sin hablar, casi nunca, de política ni de los políticos, pero las circunstancias y las noticias que iban llegando hacían que por su imaginación pasase, sin poderlo evitar, el pensamiento de que, quizás mañana, las circunstancias hicieran que se mirasen de otra manera, como si la vida te exigiera, en determinados momentos, que había que aclarar quien era quien y donde se debía situar cada uno.
A las once y media llega al portal de Fray Luis de León nº 10, Julián, el hijo de Fidela, portando el estuche de su guitarra. Julián venia, inusualmente pronto, de un “tablao flamenco” donde trabajaba todas las noches acompañando a un “cantaor” y a unas bailarinas. Luisa, su hermana, le pregunta extrañada: -¿que ha pasado Julián? ¿cómo vienes tan pronto? ¿estas malo?
Julián no bebía ni le gustaba el alcohol y por eso su hermana se alarmó al verle llegar tan pronto.
- Buenas noches a todos, saludó con su habitual simpatía y sencillez. No, a mi no me pasa nada pero esta noche no había casi clientes y el Sr Carmelo, el dueño, nos ha dicho, a nosotros y a las bailarinas, que nos podíamos ir. La verdad es que estaba muy preocupado porque uno de los clientes habituales, buen amigo suyo y parece que bien informado, le había dicho que Casares Quiroga había dimitido esta misma noche y que pensaba que venían momentos decisivos, porque las direcciones de los partidos Comunista y Socialista, y de la UGT, que han estado en contacto, entre ellos todo el día, habían pedido armas para el pueblo al correrse el rumor de que, Martínez Barrio, va a formar un gobierno que parlamente con los sublevados.
Un silencio siguió a esta explicación de Julián; la señora Maria comentó:
- Con el calor que hace un escalofrío me acaba de recorrer el cuerpo.
-Bueno,dijo Consuelo,no os preocupeis tanto, estas cosas que parecen tan terribles suelen quedar en nada....
Todos los vecinos, sin ponerse de acuerdo, y como si alguien se lo hubiese ordenado, deciden subir a sus casas.
- Hasta mañana Consuelo
- Hasta mañana señora Maria, que descansen.
- Adiós Vicentito, que te duermas pronto, a ver si eres menos travieso...
La puerta del portal, grande y pesada, se cierra dejando fuera un silencio espeso.
A las doce de la noche llega, a su casa, Manolo, con su taxi que encierra, cada noche, en el “porche”, una especie de garaje pequeño, pero suficiente, que estaba pared con pared con el estanco y que el Sr Nicolás le había “alquilado” a su yerno por cero pesetas “de las de antes y de las de ahora” como le gustaba decir a Manuel cuando le preguntaban por el precio del alquiler para destacar que no le costaba nada el arrendamiento del local.
Como otras noches, al encerrar el coche, Manolo escucho como alguien, en la distancia, daba unas palmas claras y acompasadas, aumentadas por el silencio de la noche y seguidas de una llamada familiar: ¡ Sereeenooo….!
Un silencio profundo y breve, luego el sonido inconfundible de un “chuzo” golpeando con fuerza los adoquines de la calle y… ¡Vaaa!
Manolo sabia que esa voz, respondiendo fuerte y clara, era la voz de Ramón, el sereno, del que se consideraba amigo. Ramón, era el sereno al que correspondía el área donde estaba la calle de Fray Luis de León.
El cuerpo de serenos fue creado por el Ayuntamiento de Madrid en el año 1797 y su función inicial fue la del encendido y alumbrado publico que se realizaba con faroles de gas, aunque enseguida se comprendió que podía ser una figura muy conveniente también para ayudar a mantener el orden en las entonces tumultuosas noches madrileñas.
Pronto se unificaron las labores de farolero y sereno y se seleccionaron para el puesto en Madrid mas de 150 candidatos a los que se les exigía, entre otras cualidades, que tuviesen una buena voz para poder anunciar la hora y el parte meteorológico.
Los serenos, no se sabe porqué, procedían en su mayoría de Asturias e iban vestidos con una bata gris y una gorra de visera. En el bolsillo llevaban un pito y, en la mano, un”chuzo” o bastón de buen tamaño, una especie de “quitamanias” que, se suponía, podía servir para ahuyentar a posibles camorristas o delincuentes de la noche. También llevaban una buena linterna y un amplio cinturón de cuero, del que pendían las copias de las llaves de los portales que tenían asignados. Su misión principal era abrir el portal a aquellas personas a las que se les hubiese olvidado la llave o que quisieran entrar en una casa después de la hora de cierre, aunque poco a poco se fueron convirtiendo en una ayuda inestimable para la seguridad de los barrios.
Uno de sus cometidos en los primeros años de actuación consistía en cantar las horas y el tiempo a intervalos de quince o veinte minutos. La figura del sereno era la de un hombre que golpeaba el chuzo contra el empedrado de las calles voceando a veces : ¡las doce y media y sereno ¡, o en su caso, en invierno, ¡ las tres y cuarto y lloviendo ¡., consiguiendo, en este ultimo caso, aumentar el bienestar de los vecinos que, arrebujados en sus camas sentían, al oírle, la sensación de bienestar lógica al considerar la diferencia de situación con el sereno.
La figura del sereno llegó a formar parte de la idiosincrasia de los Madrileños pues, cuando era necesario, prestaban servicios muy útiles y de lo mas variados, desde llevar una receta a la farmacia de guardia, en un caso de urgencia, hasta asistir a una parturienta en apuros. En ocasiones eran los primeros en detectar un incendio y avisar al cuerpo de bomberos, y los ladrones se veían obligados a tener en cuenta siempre su posible presencia alertando a la policía o incluso interviniendo si así lo requería la situación.
El cuerpo de serenos inspiró tranquilidad durante varias décadas a los madrileños quienes, sabedores de lo poco que ganaban como trabajadores del Municipio, fueron siempre generosos con sus propinas, conscientes de las valiosas prestaciones que estos guardianes de la noche les prestaban.
-Buenas noches Ramón
- Buenas noches Sr. Manolo, bueno, buenas por decir algo porque casi todo el mundo ha llegado hoy a su casa antes de las once y, los que no, me han hecho unos comentarios que mas me gustaría no haber oído. Todo el mundo dice que están las cosas difíciles y que Dolores Ibarruri ha dicho cosas por la radio que van a encender los ánimos.
- Hoy no dan ganas de hablar de toros, Ramón.
- No, no dan ganas, aunque la verdad es que, por este barrio, no se han oído disparos mientras que por Tetuán dicen que si que se han oído algunos.
- Bueno, Ramón, voy a ver como ha pasado el día la parienta y esperemos que mañana la alarma haya pasado. Hasta mañana.
- Hasta mañana Sr Manolo.
VI
Amanece. La indignación crece en los medios populares de Madrid, donde casi nadie ha pegado un ojo en toda la noche. Por fin se conoce que Martínez Barrio, que iba a sustituir a Julio Casares Quiroga ha decidido no aceptar la Presidencia del Gobierno y que se ha llamado a alguien de Izquierda Republicana, que resulta ser José Giral Pereira, quien acepta formar Gobierno constituido solamente por republicanos, aunque apoyado por los partidos obreros y decidido a entregar las armas al pueblo
Las primeras armas se distribuyen a las organizaciones del frente Popular y Sindicatos, el día 19 por la mañana.
El día 24 de Julio Madrid era una ciudad convulsionada por una realidad que casi todo el mundo ya conocía : Había habido un alzamiento militar contra el Gobierno Republicano y, al menos, alguna provincia había caído en manos de las fuerzas rebeldes.
Inmediatamente cada persona, cada Español mayor de edad, sin poderlo evitar, se preguntó así mismo, interiormente, con quien estaba y cuales podrían ser las consecuencias de lo que estaba pasando.
Era el momento de arrepentirse de aquella conversación que se tuvo en el trabajo o en el bar , donde se vertieron ciertas opiniones sobre el gobierno o sobre alguno de los gobernantes o responsables de la administración. La verdad era que fue una tontería y, además, innecesaria, pero se dijo ante varios amigos....bueno amigos.... exactamente no, compañeros de tomarse un vino y, además, en esas circunstancias se habla por hablar, se habla de toros, se habla de lo cara que está la vida, se habla hasta del tiempo...y se le hecha muchas veces la culpa al gobierno sin saber exactamente si la tiene....pero se habla...
Lo único que se empezaba a sentir era la sensación de que había empezado una guerra civil que enfrentaba a los Españoles en dos bandos, y muchos se preguntaban de que bando estaban, no era un asunto que tu pudieras decidir entonces, en esos momentos, porque tus palabras en los días, semanas o meses pasados podían calificarte. ¿Tu eras creyente? ¿Creías en Dios? y aunque no creyeses a pie juntillas, aunque no tuvieses esa fe, ¿Ibas a misa los domingos tu o tu familia? ¿Iba a misa tu mujer? ¿Salía con el velo puesto de casa y la veían los vecinos que se cruzasen con ella?
Entonces eras del bando rebelde, del bando que se había sublevado en varias provincias.; ¿tenias una empresa? ¿eras empresario? ¿tenias trabajadores a tu cargo? ¿Habías despedido alguna vez a un trabajador? No había duda, todo el mundo te veía, al menos, simpatizante del bando rebelde al gobierno republicano que estaba gobernando en España, un gobierno, claramente de izquierdas, que había sido elegido en elecciones libres.
Consuelo, la estanquera, estaba de siete meses, era la hija del casero, es decir, del dueño de la casa de Fray Luis de León nº 10. Todo el mundo sabia que su padre, D.Nicolás, era un hombre con dinero, también sabían que era el Presidente y principal accionista (casi único) de la Fabrica de Harinas de San Antonio que estaba en el Paseo de las Acacias de Madrid, y que era una persona de gran valía que había hecho su fortuna con su esfuerzo; pero Consuelo era claramente de derechas, religiosa y además de las que con autentica fe cristiana, lo decía.
Manolo, su esposo, no, el no iba nunca a misa....eso de la fe... no iba mucho con el, sobre todo porque hubiese tenido que confesarse todas las semanas y algunas veces dos veces..., las mujeres, le gustaban... era casi de familia, en su juventud, y solo con trece años, había tenido "purgaciones" que era la única enfermedad que confesaba haber padecido cuando, por cualquier catarro u otra cosa de poca importancia, se veía obligado a que le reconociera algún medico y este le preguntaba.
Ocurrió en la noche del día 24 de Julio seis días después del comienzo del levantamiento militar, hacia un calor asfixiante en Madrid. Consuelo, pasados ya casi siete meses de embarazo, estaba esperando a su marido, Manolo, que, a veces, llegaba a esas horas después de hacer la ultima carrera con el Taxi.
Al ver que no llegaba, cansada por todo el día de trabajo en el estanco y con el peso de la criatura en su vientre, decidió acostarse sobre las doce y media de la noche; no podía conciliar el sueño y en ese duerme vela que sustituye, a veces, al sueño profundo, pensó que soñaba cuando de pronto se dio cuenta que estaban dando golpes muy fuertes en la puerta en el cierre de metal del estanco; Se despertó del todo, se dio cuenta de que a su lado, en la cama, no estaba su marido y se levantó, descalza, a mirar por el balcón pensando, fugazmente, que se podía tratar de ladrones que quisieran robar en el estanco.
Era de noche pero había luna llena y con la luz escasa de los faroles de la calle pudo distinguir como unos uniformes y oyó que estaban aporreando el cierre del estanco;
- ¿Que ocurre? gritó, ¿Que pasa?
-!abra la puerta! !abra el estanco!..
- Ya voy….ya voy... Consuelo bajó las escaleras lo mas deprisa que pudo, y al subir el cierre de abajo hacia arriba, con dificultad, y sin todavía acabar de subir del todo, sintió como dos cosas duras se apoyaban contra su vientre muy abultado por el embarazo; se dio cuenta que la estaban apuntando con dos fusiles mientras escuchaba :
- !Alto, no se mueva! Han denunciado que de aquí han salido "pacos" y alguien los ha tenido que disparar, queremos hacer una inspección del local.
Dos policías de la guardia de asalto mantenían sus dos fusiles apuntando al vientre de Consuelo asustadísima en principio, pero que, como por arte de magia, ante tamaña barbaridad, recuperó su compostura y contestó :
- Pasen ustedes ...pasen.. pero tengan cuidado haber si se les va a revelar este peligroso enemigo que tengo en mi vientre....
Los dos guardias revisaron el estanco y al salir, como disculpándose, dijeron :
- Ha sido una denuncia Señora, nos han dicho que, habían disparado desde el estanco y teníamos que comprobarlo.
Cuando, media hora después, llegó Manolo, Consuelo estaba despierta y con dolores intermitentes ;cuando supo lo sucedido y se dio cuenta del estado de su mujer fue, a toda prisa, a buscar a D. Felipe, el medico de cabecera, a quien querían y respetaban en esa familia. El doctor se levantó de la cama y llegó muy pronto al lado de Consuelo quien estaba padeciendo, cada vez mas intensamente,los dolores que
D. Felipe se resistia a considerar "de parto", porque Consuelo solo llevaba siete meses escasos de embarazo, aunque los síntomas se parecían, cada vez mas, a los que tiene una mujer a punto de parir.
Decidió llamar, D Felipe, a la comadrona y a los pocos minutos de llegar esta se producía el parto de un niño que nacía "sietemesino", pero sin problema alguno.
La violenta intervención de los dos guardias de asalto apuntando con sus armas a Consuelo pudo quizás influir en el adelanto de su parto pero, por suerte, no hubo mas problemas para el recién nacido ni tampoco para su madre.
La denuncia falsa que provocó el incidente fue, seguramente, una venganza de alguien que pudo aprovecharse de la situación de alarma que Madrid vivía en esos momentos, donde todavía nadie estaba encajado en lo que estaba empezando a suceder, porque,
lo que, en principio, parecía un golpe militar terminó resultando el inicio de una guerra civil que iba a durar casi tres años por el fracaso del golpe en unas zonas y su éxito en otras.
VII
La vida, en Madrid, durante los tres años de la guerra civil iba a presentarse, para la familia Gómez Pintado, difícil y peligrosa, dada la favorable situación económico social del abuelo-patriarca de la familia D. Nicolás Pintado, aunque, curiosamente, el echo de ser el propietario de la Fabrica de harinas de San Antonio pudo, quizás, salvarles la vida a todos, teniendo en cuenta que uno de los clientes mas importantes de la fabrica venia siendo, desde hacia varios años, el propio ejercito de la nación, a quien servia, semanalmente, varios camiones de harina para transformar en pan y que, una vez comenzó la contienda, continuó haciéndolo, incluso aumentado en cantidad.
En Madrid, según la guerra civil se iba extendiendo por todo el país, día a día, cobraban mas importancia las denuncias de los partidarios del régimen establecido legalmente contra personas que, por su posición socio-económica o creencias, eran consideradas simpatizantes de los sublevados.
Madrid, contra lo que se pensaba o temía, no cayó enseguida en manos del ejercito sublevado y, como era de esperar, se convirtió en una ciudad llena de sospechas y miedos de unos contra otros. Según llegaban las noticias de los frentes de batalla y se iban conociendo las tremendas consecuencias de la guerra en términos de vidas humanas de parientes o amigos, el odio y el deseo de venganza iban sustituyendo a la lógica de la objetividad y humanidad normal en los seres humanos.
Se descubrió la existencia de la llamada " Quinta Columna" que no era otra cosa que personas de actividades normales convertidas en informadores o espías para la España en manos del ejercito rebelde a la legalidad establecida., y esto desató, aun mas, las denuncias y persecuciones de personas.
Empezó a ser normal la noticia de que a un conocido le habían dado "el paseo" y, por las noches, mucha gente en Madrid se iba a la cama con el corazón encogido pensando que podían llamar a su puerta porque una simple denuncia carente, quizás, de fundamento, había llegado a oídos de la policía o de algún responsable con algo de mando en los guardias de asalto y te buscaban en tu casa, normalmente de noche y, en muchas ocasiones, tu familia no te volvía a ver.
Como no podía ser de otra manera en una guerra civil, cada muerte desataba, en el bando contrario, un odio sin limites y un afán de venganza que hizo imposible desde los primeros momentos un arreglo que no fuera ganar o morir y, mientras, ambos bandos, desangrándose, luchaban en toda España, el resto de los países se iban posicionando al lado de uno u otro bando en función de sus propios regimenes políticos.
En todas las guerras se cometen actos contrarios al derecho de gentes y la guerra civil española no fue una excepción.
VIII
Madrid durante la guerra
En los primeros días de Agosto de 1936 se reciben en el bando nacional los cazas Fiat italianos que tenían que hacer frente a los famosos “Chatos” rusos .
El 13 de Noviembre se enfrentan sobre el cielo del paseo de Rosales de Madrid 14 aviones fiat contra 13 chatos, y, pese a la mayor velocidad de los chatos rusos, no consiguen eliminar del cielo a los aviones rebeldes.
El 23 y 25 de Agosto los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos y, a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid.
Este fue el primer bombardeo de este tipo y en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aereas, acudir a los refugios a la hora que fuese, no encendr luces de noche, etc.
Uno de los principales problemas que tuvieron que soportar las personas que vivían en Madrid en aquellos momentos fue, sin duda, el abastecimiento de la población, ya que la forma en que se inició el levantamiento militar y la geografía inicial del enfrentamiento marcó la problemática de ese abastecimiento al quedar perjudicada la zona republicana deficitaria en productos básicos.
En estos primeros meses de enfrentamiento Madrid era un inmenso estomago de casi un millón de habitantes. La sublevación militar había descompuesto el mapa geográfico del abastecimiento a Madrid al perder el trigo de Castilla la Vieja, los productos carnicos castellanos y de Extremadura y el pescado del Atlántico.
A esto hubo que añadir los problemas que se suscitaron en los transportes que quedaron, lógicamente, subordinados a las necesidades de la guerra
No obstante, hasta el mes de Septiembre de 1936 los madrileños no fueron plenamente conscientes de su delicada situación, de la que empezaron a darse cuenta cuando las reservas de víveres empezaron a escasear.
Como era de esperar el temor a lo que pudiese pasar en el futuro llevó a instituciones y particulares a acaparar alimentos aumentando rápidamente la magnitud del problema.
El sistema que las autoridades emplearon ante esta situación fue la utilización de vales que repartían a los partidos y sindicatos, y que eran canjeados en las tiendas de ultramarinos por artículos de primera necesidad.
Para distribuir los escasos alimentos, hasta marzo de 1937 no se crearon, como obligatorias, las cartillas de racionamiento.
La situación de escasez, junto al almacenamiento y ocultamiento de víveres con fines especulativos, propició que se desencadenara en Madrid una subida generalizada de precios en los productos alimenticios que desembocó, inevitablemente, en el nacimiento de un mercado negro donde los precios de los artículos de consumo llegaron a cantidades desorbitadas.
Las personas que tenían familiares en el campo estaban salvadas mientras en Madrid las largas colas a las puertas de los establecimientos se convirtieron en una imagen cotidiana y triste.
IX
MANOLO, EL TAXI, EL GENERAL Y LA MASONERIA
Santi, con tres meses de edad era, lógicamente, ajeno a todo lo que estaba sucediendo y ya nadie se acordaba que había nacido con tan solo siete meses de embarazo de Consuelo; dormía de un tirón por las noches porque su madre era buena lechera y no le faltaba alimento. Se llamaba Santiago aunque el bautizo, por la Iglesia. no se había podido hacer dada la situación de guerra civil que, en Madrid, que se vivía.
La verdad había sido que Consuelo hubiera querido que se llamase Nicolás, como el abuelo, pero fue el propio D. Nicolás quien, al caer en la cuenta que el primer hijo de Consuelo y Manolo, su primer nieto, había nacido en un día tan señalado como el 25 de Julio, festividad de Santiago Apóstol, dijo con su acostumbrada autoridad : “No le debéis de quitar el nombre del Santo que, además, es mas bonito que el mío” .
No obstante una cosa era decidir el nombre del chaval y otra poder bautizarle “como Dios manda”, como decía el abuelo, es decir, en una Iglesia.
Un Domingo del mes de Diciembre, por la mañana temprano, tres milicianos llamaban a la puerta de la casa de Consuelo y Manolo .
- ¿Vive aquí Manuel Gómez Montejano?
- Si, soy yo
- ¿Es usted Taxista?
- Si señor
- ¿Dónde tiene el taxi?
- Aquí abajo, en el porche.
- Llévenos allí
Manolo, salió delante un tanto confundido y les condujo hasta el porche donde guardaba el taxi. Abrió la puerta y a la vista de todos apareció un Coche Ford negro con la banda roja de los taxis.
Las marcas mas comunes de los taxis en aquella época eran los Ford, Peugeot, Renault, Citroen, Hispano Suiza y Fiat.
Años atrás en 1920 el Ayuntamiento de Madrid había otorgado 800 licencias de taxis para coches con tracción animal, 100 licencias para motocicletas con side-cars, y 200 para automóviles. En 1926 el numero de taxis alcanzó los 2.250 automóviles y el de coches de tracción de sangre (simones) 225.
En ese mismo año se habían iniciado los tramites para crear la 1ª cooperativa taxista, pero la guerra paralizó la idea.
- Tiene usted que entregarnos las llaves del taxi y la documentación porque queda requisado para la guerra.
- Manolo subió a la casa y, sin decir nada a Consuelo, cogió las llaves y la documentación.
- Le daremos un recibo para que, cuando todo esto acabe, pueda usted reclamarlo.
Consuelo al enterarse por su marido de lo que habia pasado, con su habitual coraje, dijo :
- Hay que buscar a alguien que tenga buena relación con las autoridades porque no nos vamos a quedar cruzados de brazos, le debemos a mi padre medio coche o mas y además te acaban de dejar en el paro. Debemos hablar con mi padre porque el le ha servido siempre la harina al ejercito y supongo que lo seguirá haciendo.
El padre de Consuelo, se movió rápido y fue a buscar a un capitán del ejercito con el que solía tratar cuando este elegía a su Fabrica para comprar la harina.
- Nicolas, no puedo hacer nada , estamos en guerra, pero dile a tu yerno que lo que si puede hacer es ir al sitio donde se lo han confiscado y ofrecerse como conductor de su propio taxi, así no lo perderá de vista y lo podra cuidar porque nadie mas que el lo conducirá. Yo creo que, ese coche, al ser un coche bastante nuevo y de la marca Ford, lo utilizarán para transportar a algun jefe militar o a algun politico. No veo otra solución
- Pero eso significa que va a ser casi como un soldado
- Bueno, no hay que mirarlo así, no creo que vaya al frente con un coche como ese.
Manolo no lo pensó mucho y a Consuelo le asustó un poco, pero eran momentos difíciles donde eso era lo mínimo que podía pasar, además si estaba en contacto con alguien importante y era su chofer pues...no parecía que estuviera mal y así no se perdía de vista el coche...que valía mucho dinero.
Esa misma tarde Manolo se presentó en las dependencias donde le habían dicho que llevaban su coche, y allí estaba, en la misma puerta.
Tuvo que esperar mas de dos horas hasta que una persona le hizo pasar, le tomo los datos y le dijo que al día siguiente se presentase alli mismo y que trajera con el alguna ropa para mudarse, por si acaso. No le dijeron mas.
Al dia siguiente, muy temprano, Manolo salió de casa, sin hacer ruido, dejando a Santi y a Consuelo dormidos porque Santi había estado, como muchas noches, "de juerga en la cuna".
El 23 y 25 de Agosto los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos y, a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid.
Este fue el primer bombardeo de este tipo y en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aereas, acudir a los refugios a la hora que fuese, no encender luces de noche, etc.
Uno de los principales problemas que tuvieron que soportar las personas que vivían en Madrid en aquellos momentos fue, sin duda, el abastecimiento de la población, ya que la forma en que se inició el levantamiento militar y la geografía inicial del enfrentamiento marcó la problemática de ese abastecimiento al quedar perjudicada la zona republicana deficitaria en productos básicos.
En estos primeros meses de enfrentamiento Madrid era un inmenso estomago de casi un millón de habitantes. La sublevación militar había descompuesto el mapa geográfico del abastecimiento a Madrid al perder el trigo de Castilla la Vieja, los productos carnicos castellanos y de Extremadura y el pescado del Atlántico.
A esto hubo que añadir los problemas que se suscitaron en los transportes que quedaron, lógicamente, subordinados a las necesidades de la guerra
No obstante, hasta el mes de Septiembre de 1936 los madrileños no fueron plenamente conscientes de su delicada situación, de la que empezaron a darse cuenta cuando las reservas de víveres empezaron a escasear.
Como era de esperar el temor a lo que pudiese pasar en el futuro llevó a instituciones y particulares a acaparar alimentos aumentando rápidamente la magnitud del problema.
El sistema que las autoridades emplearon ante esta situación fue la utilización de vales que repartían a los partidos y sindicatos, y que eran canjeados en las tiendas de ultramarinos por artículos de primera necesidad.
Para distribuir los escasos alimentos, hasta marzo de 1937 no se crearon, como obligatorias, las cartillas de racionamiento.
La situación de escasez, junto al almacenamiento y ocultamiento de víveres con fines especulativos, propició que se desencadenara en Madrid una subida generalizada de precios en los productos alimenticios que desembocó, inevitablemente, en el nacimiento de un mercado negro donde los precios de los artículos de consumo llegaron a cantidades desorbitadas.
Las personas que tenían familiares en el campo estaban salvadas mientras en Madrid las largas colas a las puertas de los establecimientos se convirtieron en una imagen cotidiana y triste.
Manolo y Consuelo no pasaron, en principio, especiales dificultades al contar con los alimentos que traía Santiago, uno de los hermanos de Manolo, quien vivía, desde siempre, en Estremera de Tajo con su familia y se encargaba de sacar el fruto a las tierras que todos los hermanos habían heredado de sus padres.
Una vez al año, Santiago, visitaba a sus hermanos en Madrid y les traia "la matanza" que solia consistir en un cerdo de los que habaian sacrificado, ademas de varios sacos de patatas y otros productos del campo..
Durante la guerra era dificil hacerlo pero se las arreglaban para traer a Madrid alimentos que ayudasen a sus hermanos y a sus familias a sobrellevar los momentos mas difíciles.
X
Santi, con tres meses de edad era, lógicamente, ajeno a todo lo que estaba sucediendo y ya nadie se acordaba que había nacido con tan solo siete meses de embarazo de Consuelo; entonces ya dormía de un tirón por las noches porque su madre era buena lechera y no le faltaba alimento. Se llamaba Santiago aunque el bautizo, por la Iglesia. no se había podido hacer dada la situación de guerra civil que se vivia en Madrid.
La verdad había sido que Consuelo hubiera querido que se llamase Nicolás, como el abuelo, pero fue el propio D. Nicolás quien, al caer en la cuenta que el primer hijo de Consuelo y Manolo, su primer nieto, había nacido en un día tan señalado como el 25 de Julio, festividad de Santiago Apóstol, dijo con su acostumbrada autoridad
- : “No le debéis de quitar el nombre del Santo que, además, es mas bonito que el mío” .
No obstante una cosa era decidir el nombre del nieto y otra poder bautizarle “como Dios manda”, como decía el abuelo, es decir, en una Iglesia.
INTRODUCCIÓN
Cuando alguien piensa hacer algo que no es corriente, que se sale de lo normalmente aceptado, casi todo el mundo, y especialmente los que mas te quieren, suelen advertirte : !Cuidado! no lo hagas porque hay un Dragón que te puede destrozar.
Ese Dragón que casi nadie ha visto pero al que tanto se le teme, parece marcar las reglas por las que el comun de los mortales debe caminar en la vida si quiere vivir tranquilo y en paz.
Casi nadie hace cosas que le puedan enfadar y, para ello, se suele actuar haciendo las cosas que todo el mundo espera.
Mi vida, hora es reconocerlo, ha sido una lucha interna conmigo mismo, forzosamente inconsciente en los primeros años, donde siempre he sentido la necesidad de llegar a ver los ojos del Dragón. Esa ha sido, sin duda, la causa de tantas decisiones dificiles y arriesgadas que he tomado en mi vida. No me atraia la idea de tener que luchar contra un Dragón, pero queria, al menos, verle los ojos, mirarle de frente e intentar comprender porque dominaba a casi todos y porque le temian tanto.
Cabe preguntarse ahora, si he podido llegar a ver los ojos del Dragón. Si, le he visto, he podido mirar sus ojos frios y terribles, y he comprendido que siempre estará ahí, amenazando a todos los que quieran ser ellos mismos y no acepten dejarse anular o intimidar.
¿Cual es el precio que hay que pagar por ver los ojos al Dragón? No lo se exactamente, yo he pagado un alto precio, pero estoy seguro que hubiese sido mucho peor si me hubiese dejado intimidar pues nunca hubiese sabido porque actua tan injusta y salvajemente.
A partir de ahora mediré mejor mis fuerzas, y juro que nunca me convertiré en un ser docil y sin personalidad, porque eso seria como vivir estando muerto.
MI VIDA
LOS OJOS DEL DRAGÓN
18 de Julio de 1936
I
En Madrid apunta el dia con esa atmósfera fresca, propia del amanecer en verano, pero que no engaña a los madrileños que,dadas las fechas,saben el calor que habrá que soportar en la ciudad durante el dia.Este verano no es como los anteriores, aunque lo podria parecer si alguien observa a los barrenderos que van, como todos los dias,limpiando las aceras con sus mangas de riego formando arcos de agua que, gracias a su pericia, se acercan pero no llegan a mojar los zapatos de los pocos viandantes que, a estas horas tempranas, caminan ya por Madrid.
Mientras las calles se pueblan poco a poco,van abriendo los bares de los que sale un imconfundible olor a café. Enseguida se nota, entre las personas que van entrando, una general preocupación por los sucesos acaecidos en los dias anteriores.Se habla de la huelga de la construcción que ha enfrentado a los sindicatos UGT y CNT, y sobre todo de la aparición, cinco dias antes, del cadaver de D.José Calvo Sotelo en el cementerio del este y de los insistentes rumores del alzamiento militar en la peninsula ya que, en Marruecos, el ejercito se ha sublevado.
Se comenta, en voz baja, que se ha producido el levantamiento de la guarnición militar de Melilla contra el gobierno Republicano y han declarado el estado de Guerra en todo el Marruecos Español.
Hace poco mas de dos meses que D. Manuel Azaña es el Presidente de la Republica y, en el Palacio Nacional de Madrid, antes Palacio Real, donde reside, se ha reforzado la vigilancia con nuevos efectivos de la guardia civil, mientras su posible defensa se ha encomendado a dos compañias del Regimiento Inmemorial numero 1.
Las noticias escasean porque las comunicaciones con Marruecos están cortadas, segun se dice, desde el dia anterior, pero a casi nadie se le oculta lo peligroso de la situación que se vive y el dificil equilibrio en que, hace muchos dias, están conviviendo las diferentes fuerzas antagonicas que dividen a los ciudadanos y que amenaza con romperse en cualquier momento.
II
Consuelo ha preparado, como todos los dias, el desayuno a Manolo, su marido, "el torero" como ella le llamaba, y de quien solia decir que, aunque entendia de toros, le gustaban mas las vacas....
Manuel Gómez Montejano habia nacido con el siglo, es decir, en el año 1900 exactamente, tenia trenta y seis años y era taxista, con un coche Ford que habia comprado gracias a un prestamo que le habia dado su suegro D. Nicolas Pintado.
Consuelo, siete años mas joven, se habia casado con Manuel cuando tenia solo diecinueve años y ahora estaba embarazada de siete meses.
El matrimonio no habia tenido suerte porque un hijo de pocos dias habia fallecido en los brazos de Consuelo cuando, enfermo, le llevaban al hospital y, años despues, ella habia tenido un aborto gemelar.
Los sufrimientos, aunque no se olvidan, pasan y, ahora, estaban de nuevo contentos con el nuevo embarazo de Consuelo. El matrimonio vivia en el numero 10 de la calle de Fray Luis de León en Madrid, que no se sabia muy bien si pertenecia al barrio de Embajadores o al de Lavapies.
Manuel tenia diez hermanos y una hermana y su juventud se habia pasado, al igual que sus hermanos varones, trabajando duro, con su padre, en el vaciado de terrenos en Madrid. El Sr Toribio, "El Colorao" como le conocia todo el mundo, habia nacido en Estremera de Tajo, cerca de Tarancón, y habia sido un hombre duro y honrado que hizo trabajar, de la misma forma, a todos sus hijos dandoles herramientas para ello: mulas o caballos que tiraban de un carro-volquete donde se transportaban las tierras y escombros desde los vaciados al vertedero.
En aquellos momentos en España el futbol no existia y era la fiesta Nacional, la fiesta de los toros,la que se llevaba muchos de los anhelos de la juventud de entonces.Los hijos del "colorao" eran una familia de toreros frustrados porque casi todos los hermanos habian intentado vestirse de luces y se las arreglaban para ir a capeas informales donde, mientra toreaban a añojos y erales, parecia que si, pero cuando estos animales crecian y se convertian en novillos con toda la barba, y con todos los cuernos, pues la cosa cambiaba; eso si, no se perdian una corrida si la podian pagar, y "de salón" toreaban magnificamente.
La vivienda de Consuelo y Manolo estaba en el primero de una casa de cinco pisos y veinte viviendas propiedad del padre de Consuelo que era "el Casero" y a quien los inquilinos pagaban el correspondiente alquiler que, en el caso de Consuelo y Manuel, era mas bien teórico. En los bajos del edificio habia un estanco que regentaba Consuelo, "la estanquera" como la conocian en el barrio, quien despachaba tabaco y sellos de correos, mientra Manuel "hacia el taxi" por Madrid.
Nicolas, el padre de Consuelo, habia tenido con su mujer, Leonor ,nada menos que ventidós hijos, de los cuales, entonces, solo sobrevivian cinco hijas. Eran otros tiempos donde los matrimonios tenian muchos hijos porque tambien morian frecuentemente en sus primeros años de vida, y la perdida de las criaturas se padecia como algo inevitable y natural.
D. Nicolas habia demostrado ser un hombre de una valia fuera de lo común. Nacido en Chinchón, un pueblo cercano a Madrid, no habia podido ir a la escuela, cosa que en aquella epoca era bastante comun, especialmente en los pueblos donde los hijos se dedicaban, desde muy pequeños, a ayudar a sus padres en las labores del campo.
Con diecisiete años, Nicolás se vino a la capital encontrando empleo en la fábrica de harinas de San Antonio que estaba en el paseo de las Acacias muy cerca de la glorieta de Embajadores, y donde empezó a cumplir su trabajo barriendo y limpiando las naves de la fabrica.
Hombre fuerte y sin duda inteligente, Nicolás despertó pronto el interés de sus superiores quienes le fueron ascendiendo en la empresa mientras el, por su cuenta, aprendia a leer y escribir. En cuanto le fué posible se casó con una guapa mujer, su primera novia, que habia conocido en otro pueblo cercano al suyo. Leonor con sesenta años, conservaba en su cara parte de la indudable belleza que habia tenido, pero su cuerpo delataba los veinte embarazos que habia soportado.
Consuelo, la estanquera, adoraba a su padre, y siempre que podia solia destacar sus muchas cualidades, entre las que destacaba el enamoramiento que D. Nicolás sentia por su esposa Leonor, y, para demostrarlo, contaba dos sucesos acaecidos años antes.
Parece ser que, en una ocasión, D. Nicolás, tuvo que ir a pagar una importante factura por el trigo comprado para su Fabrica, a una acaudalada señora propietaria, a la sazón, de muchas hectareas de tierra de labranza. Es conveniente aclarar que, en la epoca que ocurrieron los hechos, D Nicolás, era un zagal de mas de un metro ochenta y cinco de estatura y una complexión fisica mas que aceptable, configurada, sin duda,por la cantidad de sacos de harina que habia tenido que cargar y descargar en su vida antes de ser el dueño de la Fabrica.
La destacada señora, al saber de la presencia, en su casa,de D. Nicolás, al que ya conocia, ordenó a su sirviente que le hiciera pasar, recibiendole vestida con una bata que, una vez se quedaron solos en la habitación, se quitó, ofreciendo al sorprendido fabricante las indudables delicias de su cuerpo desnudo que, el propio interesado, en comentarios posteriores, calificó de "extraordinario".
Al decir de Consuelo, su padre, ante esa inesperada situación reaccionó con tranquilidad y mesura diciendo : "Tápese señora que yo respeto a mi mujer de la que estoy enamorado". Nada aclaraba Consuelo sobre lo que sucedió despues, se supone que la sorprendida señora se abrocharia la bata y recibiria el dinero que D Nicolás llevaba para ella.
La otra anecdota que Consuelo contaba de su admirado padre, al que ponia siempre como ejemplo de amor y fidelidad a su mujer, Leonor, se referia al grupo de amigos con los que solia jugar, despues del trabajo y en la propia fabrica, una partida de cartas.
Parece ser que un compañero y amigo de D. Nicolas, directivo de la fabrica de harinas, le preguntó con la confianza logica de la amistad : ¿Como es que tu nunca quieres venir con nosotros cuando vamos en busca e alguna aventura femenina?
D. Nicolás, con el aplomo que le caracterizaba contestó : " A mi me gusta mi mujer, aunque si, algun dia, encontrais una mujer con el coño en el sobaco podria que valiese la pena probar, sino ¿para que voy a buscar otra mujer si me gusta la que tengo?
Ante tan contundentes razones, sus amigos ya no contaban con Nicolás para estas aventuras, pero sabian que siempre podian encontrar,en el, al amigo autentico para todo lo demás.
Manuel no se llevaba ni bien ni mal con su suegro al que le estaba agradecido porque, gracias a el, habia podido dejar de transportar tierras y ladrillos con un carro y una mula al prestarle el dinero para comprar un Taxi y su licencia, pero le fastidiaba la admiración y, sobre todo, la continua mención que de el hacia Consuelo quien le ponia de ejemplo continuamente.
Cada vez que esto sucedia Manolo sentia como si su mujer le dijera : "Mi padre vale mas que tu, tiene mas dinero que tu y....no mira a las mujeres como tu".
III
No era el marido de Consuelo un hombre al que le interesara la politica, pero su condición de taxista le hacia estar, necesariamente, informado de los aconteceres mas destacados de la realidad diaria en Madrid.
Era normal en aquellos años,incluso un signo de sencillez y educación, que, durante el tiempo que durase la carrera, el Taxi se convirtiera en un autentico lugar de confesión para algunos pasajeros quienes descargaban, en el taxista, parte de sus preocupaciones aprovechando para contrastar con el la opinion que pudiese tener sobre acontecimientos de rabiosa actualidad.
Asi, aquella mañana, mientras tomaba con su esposa el tazón de café con leche y sopas de pan, Manolo la estuvo hablando sobre los comentarios que, el dia anterior, habia podido escuchar de sus clientes mientras los transportaba por Madrid.
Era como si todo el mundo se hubiese puesto de acuerdo en que algo importante iba a ocurrir y existia, sin duda, una preocupación generalizada.
Segun contó Manuel a Consuelo, un agente de seguros catalán le habia asegurado que la aviación estaba ya bombardeando Barcelona donde se habia proclamado "El Estat Catalá", y una señora cuya hija vivia en San Sebastian, según dijo, habia escuchado de ella por telefono que, en San Sebastian, se habian hechado a la calle los requetés.
Lo que si conocia Manuel por si mismo, y porque se notaba en las recaudaciones del Taxi, eran los efectos de la huelga de la construcción que, esos dias, enfrentaba fuertemente a la UGT y a la CNT. No obstante se comentaba que, en caso de un alzamiento militar, estas dos sindicales se unirian a los comunistas y, juntos, exigirian al gobierno les entregase las armas para enfrentarse a los militares que se habia sublevado.
Es necesario aclarar que, entre los vecinos de la casa de Fray Luis de León nº10, donde vivian Consuelo y Manolo, habia de todo, derechas e idquierdas, mas bien de estas ultimas porque, en ese barrio de Madrid, los vecinos eran, normalmente, empleados por cuenta ajena, y por lo tanto de idquierdas, mientras que el casero y su hija Consuelo, la estanquera, ademas de algun otro vecino como el Sr Sevilla, Sargento de la policia de trafico, o D.Tomás, el Director del colegio que estaba en los bajos del edificio, eran de derechas.
Esa era la situación al menos en la zona de Embajadores y Lavapies donde, sin embargo, ninguna consecuencia parecida se podía sacar de las personas que iban a misa porque, en aquellos días, no era inconveniente alguno creer y rezar a Maria Auxiliadora o a Santa Rita, ir a misa y, sin embargo, ser de izquierdas.
Para refrendar esto ultimo no había mas que acercarse un primer viernes de Marzo, de cualquier año, a la Iglesia de Jesús de Medinaceli, cerca de la Plaza de Neptuno ,y ver como se formaban larguísimas colas de personas que seguían en ellas mas de veinticuatro horas y dormían en la calle, para tener la oportunidad de ganar especiales indulgencias y, sobre todo, de besar los pies de Jesús de Medinaceli, una talla impresionante de Jesús Nazareno, perteneciente a la Escuela Sevillana, tallada en la primera mitad del siglo XVII en Sevilla por Juan de Mesa o alguno de sus discípulos, y que fue llevada por los monjes capuchinos a la plaza fuerte de Mehdia, en Marruecos, para culto de los soldados Españoles.
En Abril de 1681, cae en manos de los moros que la arrastran por las calles de Mequinez aunque, poco después, es rescatada por los monjes Trinitarios llegando a Madrid, con fama de milagrosa, en el verano de 1682.
IV
El palacio de Buenavista es la sede en Madrid del Ministerio de la Guerra. Es un edificio rodeado de árboles y protegido por una fuerte verja. Desde el balcón del despacho del Ministro se ven, sin dificultad, el Banco de España, el Ministerio de Marina, la estatua de la Cibeles y el Palacio de Comunicaciones. No lejos están el Ministerio de Fomento, el de Instrucción Publica y el de Gobernación.
Casares Quiroga, ministro de la Guerra y Presidente del Consejo, está sentado en un cómodo butacón con las piernas cruzadas y los brazos apoyados en los del sillón.
A pesar del calor, viste americana cruzada de color oscuro. Los ojos negros, vivos y hundidos, acentúan su expresión de cansancio , se pasa la mano por el rostro; se siente febril y empieza a ganarle la fatiga. Sentado ante su enorme mesa, en este suntuoso despacho se siente empequeñecido. Las nuevas que se reciben de África son poco tranquilizadoras; la resistencia está siendo dominada y los militares ya son dueños de las plazas de soberanía y de todo el Protectorado. Aunque los partes llegan confusos y, a veces, contradictorios, parece que algunos aviones leales han bombardeado Tetuán, pero no se han observado reacciones significativas entre los rebeldes.
Frente a el, en otro sillón, uniformado con cuidadosa elegancia militar, don Miguel Núñez de Prado, General de división procedente del arma de caballería y director de las plazas del Protectorado.
Antes de acudir a la entrevista, requerido por el ministro, ha tomado, por su parte, las medidas que ha creído necesarias. En general, el espíritu de los aviadores es favorable al gobierno. Esta mañana, y en vista de que el aeródromo de Tetuán ha caído también en poder de los rebeldes, han cursado la orden de que se bombardeen los objetivos de Marruecos.
- Lo que debemos procurar, señor ministro, es mantener localizada la sublevación. Si la escuadra bloquea el estrecho, con que, de cuando en cuando, cañonee Melilla, Ceuta y Larache, y la aviación efectúe algunos raids, con ese castigo, y sabiéndose aislados, caerán en el desanimo y en el desconcierto.
Están llegando al Ministerio malas noticias. El General Franco se ha sublevado en Canarias, ha lanzado por radio un manifiesto y se ha dirigido a las guarniciones de Marruecos, de la Península y de Baleares.
- Aceptemos entonces los hechos como son aunque, según mis noticias, Franco, que es un hombre muy precavido, no había entrado en la conjura. El general Franco es decidido y cauto en una sola pieza, y…. que se haya embarcado en esta aventura me da que pensar; medida y combinada debe estar la jugada….
-Yo señor ministro, juzgo importantísima la baza de Zaragoza para el caso de que la sublevación se corriera a la Península, Zaragoza es punto clave. Haré lo que pueda para evitar que el regimiento de caballería se lance a la calle, aunque muchos soldados están de permiso….
- Por otro lado la ciudad es hostil; el elemento obrero, muy numeroso, puede servir de contrapeso…en fin…
El general se pone en pie antes de que lo haga el ministro.
- Le deseo mucha suerte, Don Miguel; la Republica y su Gobierno confían plenamente en usted….
- Gracias Don Santiago, veremos lo que puede hacerse. Quizás, al fin, no pase nada. sublevarse es cosa dura, España es republicana a pesar de que en las elecciones de Febrero no podemos negar que las derechas…Bueno, ya no es momento de preocuparse de los votos.
- En la puerta de su despacho, Casares Quiroga despide efusivamente al general que, con paso digno, atraviesa la antesala saludando a algunos de los que esperan. Son amigos políticos, diputados, dirigentes de los partidos de izquierda que vienen a ofrecerse, a inquirir noticias o a darlas.
Acaba de instalarse en su despacho de la Secretaria general de la Unión general de Trabajadores, situado en la calle de Fuencarral. Es también presidente de la casa del Pueblo y de la agrupación Socialista Madrileña y diputado a Cortes por Madrid. Francisco Largo Caballero, uno de los políticos mas influyentes y poderosos, es el único que pudiendo movilizar a centenares de miles de trabajadores de las provincias españolas está decidido a hacerlo. Nació en Madrid, en el barrio de Chamberí, el 15 de Octubre de 1869, tiene pues en la actualidad sesenta y seis años. Desde niño se vio obligado a ganarse la vida duramente. En su juventud fue estuquista de oficio; desde el año 1890 pertenece a la Unión General de Trabajadores.
Francisco Largo Caballero no cree en la lealtad de los militares que insiste en proclamar el presidente del Gobierno y Ministro de la guerra, el republicano Casares Quiroga. Está convencido de que están a punto de sublevarse en la Península, incluso en Madrid. También está convencido que el Gobierno no dispone de medios suficientes para hacer frente a la sublevación y que de no lanzar a la calle a las milicias socialistas y a las masas obreras, en colaboración con las demás organizaciones izquierdistas, políticas y sindicales, los militares, los monárquicos y los fascistas, se adueñaran del poder.
Una lucha a muerte se ha planteado en España; el fracaso de una intentona derechista, la desarticulación del Ejercito de clase y de fuerzas de orden público obedientes a la burguesía y a la reacción, darán ocasión a los obreros de apoderarse de los resortes del mando. Salvo en Cataluña, Zaragoza, Gijón, quizá Sevilla y en algunos puntos aislados de menor importancia, la Unión General de Trabajadores es la organización obrera más numerosa, disciplinada y mejor organizada. Desde este despacho puede ordenar su movilización; ya ha comenzado a hacerlo.
A pesar de que no solo en Madrid, sino también en algunas provincias, cuentan con algún armamento, principalmente pistolas, las armas de que disponen son insuficientes para hacer frente a las fuerzas militares, ni siquiera en escaramuzas callejeras y en el interior de las ciudades. Conseguir armas, y mantener alerta en el campo y en las ciudades a los miembros de la UGT, es su labor.
El enemigo no solo es el clero, los militares monárquicos, derechistas o abiertamente fascistas, no son únicamente los falangistas, carlistas, cedistas y demás, lo son también aquellas fuerzas liberales, republicanos y demócratas que ocupan el Gobierno y que por ceguera, imprevisión o cobardía se niegan a armar al pueblo.
Contra ellos ha de librar el primer combate, un combate incruento, político, pero con la necesaria firmeza para reclamar las armas a las que el pueblo tiene derecho y que convenza a los militantes socialistas que todavía permanecen ciegos y todavía creen, con ingenuidad culpable, que la situación actual puede resolverse políticamente; son quienes desean que nada cambie, los que, en realidad, no anhelan en el fondo de su conciencia el verdadero socialismo. Y, entre esos, está Indalecio Prieto que ha conseguido dominar en la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español, y Besteiro, profesor de lógica de la Universidad Madrileña. Políticos, y no luchadores obreros, son sus más sutiles enemigos.
V
Las calles del Madrid de 1936 eran de adoquines y todavía el asfalto no era, ni mucho menos, lo mas corriente en la pavimentación, aunque empezaba a utilizarse.
Es de destacar que los adoquines de granito representaron, a partir de 1845, una clara mejora en el aspecto de las calles de Madrid. Se acarreaban desde las poblaciones cercanas de Torrelodones y Galapagar.
Poco después, hacia 1850, el arroyo central de las calzadas se sustituye por los dos laterales, y la red de alcantarillas se extiende poco a poco hasta alcanzar, en 1857,cerca de la mitad de las calles, mientras que la basura, después de los efectos mortíferos de la epidemia de 1834, ya no se acumula en los portales, sino que se saca a la calle de donde es retirada, cada mañana, por un carro que anuncia su presencia al tintineo de la campanilla.
En Madrid, la oscuridad de la noche retrocede, por fin, con el alumbrado de reverbero de gas, del que se llegan a instalar hasta dos mil luces en 1848, mientras que dos años antes, en 1846, se construye “La Inclusa” donde, cada año. nacen 5000 niños y mueren 1000.
En las noches calurosas del mes de Julio en Madrid no era facil dormir, dentro de las casas, y era la costumbre, después de cenar, bajar a la calle, “a tomar el fresco” como se decía, con las sillas o taburetes necesarios para formar una improvisada tertulia en la que solían participar los vecinos que bajasen, mientras los chavales que hubiesen sido autorizados por sus padres a no acostarse todavía, participaban en juegos que, dado lo avanzado de la hora, debían ser necesariamente silenciosos.
Entonces, en muchas calles de Madrid no pasaban casi coches durante el día y mucho menos durante la noche, así que los pocos viandantes que a esas horas transitasen por las calles estaban obligados a pasar ante los grupos de vecinos que, sentados enfrente de los portales de sus casas, esperaban charlando, en voz mas bien baja, a que transcurriesen una o dos horas, la temperatura descendiera y ya pudiesen irse a dormir con la esperanza de poder conciliar el sueño.
En la casa de Fray Luis de León 10, Fidela, la portera, cerraba el portal a las once en punto. Fidela era un autentico portento de calidad humana y de respeto para los vecinos a los que servia con dignidad aunque sin servilismo. Tenía sesenta y tres años y había tenido la mala suerte de quedarse viuda de un hombre tan bueno como ella pero mucho menos inteligente. Ella y sus dos hijos, Luisa y Julián, eran gente de izquierdas, de acuerdo con lo que había sido siempre su marido, y vivían en una pequeña vivienda que daba a un patio situado dentro del edificio, donde estaba el WC que podían también usar los vecinos, en caso de necesidad, sin tener que subir a su piso obligatoriamente.
Julián, el hijo de Fidela, trabajaba en "La Standard” como mecánico pero lo que de verdad le gustaba era la guitarra flamenca con la que se ganaba sus buenas pesetas acompañando a cantaores en salas de fiestas y tablaos de Madrid.
Consuelo apreciaba y respetaba a Fidela y esta la correspondía con esa humildad digna y esa inteligencia suya natural, aunque ambas respetaban sus respectivas posiciones de hija del casero y de portera del edificio.
Aquella noche de Julio, después de que “la Señora Fidela”, como todo el mundo la llamaba, cerrase el Portal, estaban, además de Consuelo y Luisa, la hija de Fidela, tres vecinas y dos niños, a los que luego, mas tarde, se añadieron dos de los maridos . Manolo, el taxista, no había llegado todavía, cosa, por otra parte, bastante normal.
Era una noche extraña porque no corría una sola gota de aire y una calma chicha lo rodeaba todo dando una sensación de extraño vacío que propiciaba, sin saber porqué, el que las conversaciones se mantuviesen en voz baja . Sin ponerse de acuerdo, nadie quería hablar de ello pero estaba en todas las mentes que allí, entre los vecinos que estaban tomando el fresco, había quienes estaban a favor de las izquierdas y quienes pensaban de forma completamente distinta.
Hasta hoy, hasta esa misma noche, los vecinos habían sido amigos sin hablar, casi nunca, de política ni de los políticos, pero las circunstancias y las noticias que iban llegando hacían que por su imaginación pasase, sin poderlo evitar, el pensamiento de que, quizás mañana, las circunstancias hicieran que se mirasen de otra manera, como si la vida te exigiera, en determinados momentos, que había que aclarar quien era quien y donde se debía situar cada uno.
A las once y media llega al portal de Fray Luis de León nº 10, Julián, el hijo de Fidela, portando el estuche de su guitarra. Julián venia, inusualmente pronto, de un “tablao flamenco” donde trabajaba todas las noches acompañando a un “cantaor” y a unas bailarinas. Luisa, su hermana, le pregunta extrañada: -¿que ha pasado Julián? ¿cómo vienes tan pronto? ¿estas malo?
Julián no bebía ni le gustaba el alcohol y por eso su hermana se alarmó al verle llegar tan pronto.
- Buenas noches a todos, saludó con su habitual simpatía y sencillez. No, a mi no me pasa nada pero esta noche no había casi clientes y el Sr Carmelo, el dueño, nos ha dicho, a nosotros y a las bailarinas, que nos podíamos ir. La verdad es que estaba muy preocupado porque uno de los clientes habituales, buen amigo suyo y parece que bien informado, le había dicho que Casares Quiroga había dimitido esta misma noche y que pensaba que venían momentos decisivos, porque las direcciones de los partidos Comunista y Socialista, y de la UGT, que han estado en contacto, entre ellos todo el día, habían pedido armas para el pueblo al correrse el rumor de que, Martínez Barrio, va a formar un gobierno que parlamente con los sublevados.
Un silencio siguió a esta explicación de Julián; la señora Maria comentó:
- Con el calor que hace un escalofrío me acaba de recorrer el cuerpo.
-Bueno,dijo Consuelo,no os preocupeis tanto, estas cosas que parecen tan terribles suelen quedar en nada....
Todos los vecinos, sin ponerse de acuerdo, y como si alguien se lo hubiese ordenado, deciden subir a sus casas.
- Hasta mañana Consuelo
- Hasta mañana señora Maria, que descansen.
- Adiós Vicentito, que te duermas pronto, a ver si eres menos travieso...
La puerta del portal, grande y pesada, se cierra dejando fuera un silencio espeso.
A las doce de la noche llega, a su casa, Manolo, con su taxi que encierra, cada noche, en el “porche”, una especie de garaje pequeño, pero suficiente, que estaba pared con pared con el estanco y que el Sr Nicolás le había “alquilado” a su yerno por cero pesetas “de las de antes y de las de ahora” como le gustaba decir a Manuel cuando le preguntaban por el precio del alquiler para destacar que no le costaba nada el arrendamiento del local.
Como otras noches, al encerrar el coche, Manolo escucho como alguien, en la distancia, daba unas palmas claras y acompasadas, aumentadas por el silencio de la noche y seguidas de una llamada familiar: ¡ Sereeenooo….!
Un silencio profundo y breve, luego el sonido inconfundible de un “chuzo” golpeando con fuerza los adoquines de la calle y… ¡Vaaa!
Manolo sabia que esa voz, respondiendo fuerte y clara, era la voz de Ramón, el sereno, del que se consideraba amigo. Ramón, era el sereno al que correspondía el área donde estaba la calle de Fray Luis de León.
El cuerpo de serenos fue creado por el Ayuntamiento de Madrid en el año 1797 y su función inicial fue la del encendido y alumbrado publico que se realizaba con faroles de gas, aunque enseguida se comprendió que podía ser una figura muy conveniente también para ayudar a mantener el orden en las entonces tumultuosas noches madrileñas.
Pronto se unificaron las labores de farolero y sereno y se seleccionaron para el puesto en Madrid mas de 150 candidatos a los que se les exigía, entre otras cualidades, que tuviesen una buena voz para poder anunciar la hora y el parte meteorológico.
Los serenos, no se sabe porqué, procedían en su mayoría de Asturias e iban vestidos con una bata gris y una gorra de visera. En el bolsillo llevaban un pito y, en la mano, un”chuzo” o bastón de buen tamaño, una especie de “quitamanias” que, se suponía, podía servir para ahuyentar a posibles camorristas o delincuentes de la noche. También llevaban una buena linterna y un amplio cinturón de cuero, del que pendían las copias de las llaves de los portales que tenían asignados. Su misión principal era abrir el portal a aquellas personas a las que se les hubiese olvidado la llave o que quisieran entrar en una casa después de la hora de cierre, aunque poco a poco se fueron convirtiendo en una ayuda inestimable para la seguridad de los barrios.
Uno de sus cometidos en los primeros años de actuación consistía en cantar las horas y el tiempo a intervalos de quince o veinte minutos. La figura del sereno era la de un hombre que golpeaba el chuzo contra el empedrado de las calles voceando a veces : ¡las doce y media y sereno ¡, o en su caso, en invierno, ¡ las tres y cuarto y lloviendo ¡., consiguiendo, en este ultimo caso, aumentar el bienestar de los vecinos que, arrebujados en sus camas sentían, al oírle, la sensación de bienestar lógica al considerar la diferencia de situación con el sereno.
La figura del sereno llegó a formar parte de la idiosincrasia de los Madrileños pues, cuando era necesario, prestaban servicios muy útiles y de lo mas variados, desde llevar una receta a la farmacia de guardia, en un caso de urgencia, hasta asistir a una parturienta en apuros. En ocasiones eran los primeros en detectar un incendio y avisar al cuerpo de bomberos, y los ladrones se veían obligados a tener en cuenta siempre su posible presencia alertando a la policía o incluso interviniendo si así lo requería la situación.
El cuerpo de serenos inspiró tranquilidad durante varias décadas a los madrileños quienes, sabedores de lo poco que ganaban como trabajadores del Municipio, fueron siempre generosos con sus propinas, conscientes de las valiosas prestaciones que estos guardianes de la noche les prestaban.
-Buenas noches Ramón
- Buenas noches Sr. Manolo, bueno, buenas por decir algo porque casi todo el mundo ha llegado hoy a su casa antes de las once y, los que no, me han hecho unos comentarios que mas me gustaría no haber oído. Todo el mundo dice que están las cosas difíciles y que Dolores Ibarruri ha dicho cosas por la radio que van a encender los ánimos.
- Hoy no dan ganas de hablar de toros, Ramón.
- No, no dan ganas, aunque la verdad es que, por este barrio, no se han oído disparos mientras que por Tetuán dicen que si que se han oído algunos.
- Bueno, Ramón, voy a ver como ha pasado el día la parienta y esperemos que mañana la alarma haya pasado. Hasta mañana.
- Hasta mañana Sr Manolo.
VI
Amanece. La indignación crece en los medios populares de Madrid, donde casi nadie ha pegado un ojo en toda la noche. Por fin se conoce que Martínez Barrio, que iba a sustituir a Julio Casares Quiroga ha decidido no aceptar la Presidencia del Gobierno y que se ha llamado a alguien de Izquierda Republicana, que resulta ser José Giral Pereira, quien acepta formar Gobierno constituido solamente por republicanos, aunque apoyado por los partidos obreros y decidido a entregar las armas al pueblo
Las primeras armas se distribuyen a las organizaciones del frente Popular y Sindicatos, el día 19 por la mañana.
El día 24 de Julio Madrid era una ciudad convulsionada por una realidad que casi todo el mundo ya conocía : Había habido un alzamiento militar contra el Gobierno Republicano y, al menos, alguna provincia había caído en manos de las fuerzas rebeldes.
Inmediatamente cada persona, cada Español mayor de edad, sin poderlo evitar, se preguntó así mismo, interiormente, con quien estaba y cuales podrían ser las consecuencias de lo que estaba pasando.
Era el momento de arrepentirse de aquella conversación que se tuvo en el trabajo o en el bar , donde se vertieron ciertas opiniones sobre el gobierno o sobre alguno de los gobernantes o responsables de la administración. La verdad era que fue una tontería y, además, innecesaria, pero se dijo ante varios amigos....bueno amigos.... exactamente no, compañeros de tomarse un vino y, además, en esas circunstancias se habla por hablar, se habla de toros, se habla de lo cara que está la vida, se habla hasta del tiempo...y se le hecha muchas veces la culpa al gobierno sin saber exactamente si la tiene....pero se habla...
Lo único que se empezaba a sentir era la sensación de que había empezado una guerra civil que enfrentaba a los Españoles en dos bandos, y muchos se preguntaban de que bando estaban, no era un asunto que tu pudieras decidir entonces, en esos momentos, porque tus palabras en los días, semanas o meses pasados podían calificarte. ¿Tu eras creyente? ¿Creías en Dios? y aunque no creyeses a pie juntillas, aunque no tuvieses esa fe, ¿Ibas a misa los domingos tu o tu familia? ¿Iba a misa tu mujer? ¿Salía con el velo puesto de casa y la veían los vecinos que se cruzasen con ella?
Entonces eras del bando rebelde, del bando que se había sublevado en varias provincias.; ¿tenias una empresa? ¿eras empresario? ¿tenias trabajadores a tu cargo? ¿Habías despedido alguna vez a un trabajador? No había duda, todo el mundo te veía, al menos, simpatizante del bando rebelde al gobierno republicano que estaba gobernando en España, un gobierno, claramente de izquierdas, que había sido elegido en elecciones libres.
Consuelo, la estanquera, estaba de siete meses, era la hija del casero, es decir, del dueño de la casa de Fray Luis de León nº 10. Todo el mundo sabia que su padre, D.Nicolás, era un hombre con dinero, también sabían que era el Presidente y principal accionista (casi único) de la Fabrica de Harinas de San Antonio que estaba en el Paseo de las Acacias de Madrid, y que era una persona de gran valía que había hecho su fortuna con su esfuerzo; pero Consuelo era claramente de derechas, religiosa y además de las que con autentica fe cristiana, lo decía.
Manolo, su esposo, no, el no iba nunca a misa....eso de la fe... no iba mucho con el, sobre todo porque hubiese tenido que confesarse todas las semanas y algunas veces dos veces..., las mujeres, le gustaban... era casi de familia, en su juventud, y solo con trece años, había tenido "purgaciones" que era la única enfermedad que confesaba haber padecido cuando, por cualquier catarro u otra cosa de poca importancia, se veía obligado a que le reconociera algún medico y este le preguntaba.
Ocurrió en la noche del día 24 de Julio seis días después del comienzo del levantamiento militar, hacia un calor asfixiante en Madrid. Consuelo, pasados ya casi siete meses de embarazo, estaba esperando a su marido, Manolo, que, a veces, llegaba a esas horas después de hacer la ultima carrera con el Taxi.
Al ver que no llegaba, cansada por todo el día de trabajo en el estanco y con el peso de la criatura en su vientre, decidió acostarse sobre las doce y media de la noche; no podía conciliar el sueño y en ese duerme vela que sustituye, a veces, al sueño profundo, pensó que soñaba cuando de pronto se dio cuenta que estaban dando golpes muy fuertes en la puerta en el cierre de metal del estanco; Se despertó del todo, se dio cuenta de que a su lado, en la cama, no estaba su marido y se levantó, descalza, a mirar por el balcón pensando, fugazmente, que se podía tratar de ladrones que quisieran robar en el estanco.
Era de noche pero había luna llena y con la luz escasa de los faroles de la calle pudo distinguir como unos uniformes y oyó que estaban aporreando el cierre del estanco;
- ¿Que ocurre? gritó, ¿Que pasa?
-!abra la puerta! !abra el estanco!..
- Ya voy….ya voy... Consuelo bajó las escaleras lo mas deprisa que pudo, y al subir el cierre de abajo hacia arriba, con dificultad, y sin todavía acabar de subir del todo, sintió como dos cosas duras se apoyaban contra su vientre muy abultado por el embarazo; se dio cuenta que la estaban apuntando con dos fusiles mientras escuchaba :
- !Alto, no se mueva! Han denunciado que de aquí han salido "pacos" y alguien los ha tenido que disparar, queremos hacer una inspección del local.
Dos policías de la guardia de asalto mantenían sus dos fusiles apuntando al vientre de Consuelo asustadísima en principio, pero que, como por arte de magia, ante tamaña barbaridad, recuperó su compostura y contestó :
- Pasen ustedes ...pasen.. pero tengan cuidado haber si se les va a revelar este peligroso enemigo que tengo en mi vientre....
Los dos guardias revisaron el estanco y al salir, como disculpándose, dijeron :
- Ha sido una denuncia Señora, nos han dicho que, habían disparado desde el estanco y teníamos que comprobarlo.
Cuando, media hora después, llegó Manolo, Consuelo estaba despierta y con dolores intermitentes ;cuando supo lo sucedido y se dio cuenta del estado de su mujer fue, a toda prisa, a buscar a D. Felipe, el medico de cabecera, a quien querían y respetaban en esa familia. El doctor se levantó de la cama y llegó muy pronto al lado de Consuelo quien estaba padeciendo, cada vez mas intensamente,los dolores que
D. Felipe se resistia a considerar "de parto", porque Consuelo solo llevaba siete meses escasos de embarazo, aunque los síntomas se parecían, cada vez mas, a los que tiene una mujer a punto de parir.
Decidió llamar, D Felipe, a la comadrona y a los pocos minutos de llegar esta se producía el parto de un niño que nacía "sietemesino", pero sin problema alguno.
La violenta intervención de los dos guardias de asalto apuntando con sus armas a Consuelo pudo quizás influir en el adelanto de su parto pero, por suerte, no hubo mas problemas para el recién nacido ni tampoco para su madre.
La denuncia falsa que provocó el incidente fue, seguramente, una venganza de alguien que pudo aprovecharse de la situación de alarma que Madrid vivía en esos momentos, donde todavía nadie estaba encajado en lo que estaba empezando a suceder, porque,
lo que, en principio, parecía un golpe militar terminó resultando el inicio de una guerra civil que iba a durar casi tres años por el fracaso del golpe en unas zonas y su éxito en otras.
VII
La vida, en Madrid, durante los tres años de la guerra civil iba a presentarse, para la familia Gómez Pintado, difícil y peligrosa, dada la favorable situación económico social del abuelo-patriarca de la familia D. Nicolás Pintado, aunque, curiosamente, el echo de ser el propietario de la Fabrica de harinas de San Antonio pudo, quizás, salvarles la vida a todos, teniendo en cuenta que uno de los clientes mas importantes de la fabrica venia siendo, desde hacia varios años, el propio ejercito de la nación, a quien servia, semanalmente, varios camiones de harina para transformar en pan y que, una vez comenzó la contienda, continuó haciéndolo, incluso aumentado en cantidad.
En Madrid, según la guerra civil se iba extendiendo por todo el país, día a día, cobraban mas importancia las denuncias de los partidarios del régimen establecido legalmente contra personas que, por su posición socio-económica o creencias, eran consideradas simpatizantes de los sublevados.
Madrid, contra lo que se pensaba o temía, no cayó enseguida en manos del ejercito sublevado y, como era de esperar, se convirtió en una ciudad llena de sospechas y miedos de unos contra otros. Según llegaban las noticias de los frentes de batalla y se iban conociendo las tremendas consecuencias de la guerra en términos de vidas humanas de parientes o amigos, el odio y el deseo de venganza iban sustituyendo a la lógica de la objetividad y humanidad normal en los seres humanos.
Se descubrió la existencia de la llamada " Quinta Columna" que no era otra cosa que personas de actividades normales convertidas en informadores o espías para la España en manos del ejercito rebelde a la legalidad establecida., y esto desató, aun mas, las denuncias y persecuciones de personas.
Empezó a ser normal la noticia de que a un conocido le habían dado "el paseo" y, por las noches, mucha gente en Madrid se iba a la cama con el corazón encogido pensando que podían llamar a su puerta porque una simple denuncia carente, quizás, de fundamento, había llegado a oídos de la policía o de algún responsable con algo de mando en los guardias de asalto y te buscaban en tu casa, normalmente de noche y, en muchas ocasiones, tu familia no te volvía a ver.
Como no podía ser de otra manera en una guerra civil, cada muerte desataba, en el bando contrario, un odio sin limites y un afán de venganza que hizo imposible desde los primeros momentos un arreglo que no fuera ganar o morir y, mientras, ambos bandos, desangrándose, luchaban en toda España, el resto de los países se iban posicionando al lado de uno u otro bando en función de sus propios regimenes políticos.
En todas las guerras se cometen actos contrarios al derecho de gentes y la guerra civil española no fue una excepción.
VIII
Madrid durante la guerra
En los primeros días de Agosto de 1936 se reciben en el bando nacional los cazas Fiat italianos que tenían que hacer frente a los famosos “Chatos” rusos .
El 13 de Noviembre se enfrentan sobre el cielo del paseo de Rosales de Madrid 14 aviones fiat contra 13 chatos, y, pese a la mayor velocidad de los chatos rusos, no consiguen eliminar del cielo a los aviones rebeldes.
El 23 y 25 de Agosto los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos y, a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid.
Este fue el primer bombardeo de este tipo y en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aereas, acudir a los refugios a la hora que fuese, no encendr luces de noche, etc.
Uno de los principales problemas que tuvieron que soportar las personas que vivían en Madrid en aquellos momentos fue, sin duda, el abastecimiento de la población, ya que la forma en que se inició el levantamiento militar y la geografía inicial del enfrentamiento marcó la problemática de ese abastecimiento al quedar perjudicada la zona republicana deficitaria en productos básicos.
En estos primeros meses de enfrentamiento Madrid era un inmenso estomago de casi un millón de habitantes. La sublevación militar había descompuesto el mapa geográfico del abastecimiento a Madrid al perder el trigo de Castilla la Vieja, los productos carnicos castellanos y de Extremadura y el pescado del Atlántico.
A esto hubo que añadir los problemas que se suscitaron en los transportes que quedaron, lógicamente, subordinados a las necesidades de la guerra
No obstante, hasta el mes de Septiembre de 1936 los madrileños no fueron plenamente conscientes de su delicada situación, de la que empezaron a darse cuenta cuando las reservas de víveres empezaron a escasear.
Como era de esperar el temor a lo que pudiese pasar en el futuro llevó a instituciones y particulares a acaparar alimentos aumentando rápidamente la magnitud del problema.
El sistema que las autoridades emplearon ante esta situación fue la utilización de vales que repartían a los partidos y sindicatos, y que eran canjeados en las tiendas de ultramarinos por artículos de primera necesidad.
Para distribuir los escasos alimentos, hasta marzo de 1937 no se crearon, como obligatorias, las cartillas de racionamiento.
La situación de escasez, junto al almacenamiento y ocultamiento de víveres con fines especulativos, propició que se desencadenara en Madrid una subida generalizada de precios en los productos alimenticios que desembocó, inevitablemente, en el nacimiento de un mercado negro donde los precios de los artículos de consumo llegaron a cantidades desorbitadas.
Las personas que tenían familiares en el campo estaban salvadas mientras en Madrid las largas colas a las puertas de los establecimientos se convirtieron en una imagen cotidiana y triste.
IX
MANOLO, EL TAXI, EL GENERAL Y LA MASONERIA
Santi, con tres meses de edad era, lógicamente, ajeno a todo lo que estaba sucediendo y ya nadie se acordaba que había nacido con tan solo siete meses de embarazo de Consuelo; dormía de un tirón por las noches porque su madre era buena lechera y no le faltaba alimento. Se llamaba Santiago aunque el bautizo, por la Iglesia. no se había podido hacer dada la situación de guerra civil que, en Madrid, que se vivía.
La verdad había sido que Consuelo hubiera querido que se llamase Nicolás, como el abuelo, pero fue el propio D. Nicolás quien, al caer en la cuenta que el primer hijo de Consuelo y Manolo, su primer nieto, había nacido en un día tan señalado como el 25 de Julio, festividad de Santiago Apóstol, dijo con su acostumbrada autoridad : “No le debéis de quitar el nombre del Santo que, además, es mas bonito que el mío” .
No obstante una cosa era decidir el nombre del chaval y otra poder bautizarle “como Dios manda”, como decía el abuelo, es decir, en una Iglesia.
Un Domingo del mes de Diciembre, por la mañana temprano, tres milicianos llamaban a la puerta de la casa de Consuelo y Manolo .
- ¿Vive aquí Manuel Gómez Montejano?
- Si, soy yo
- ¿Es usted Taxista?
- Si señor
- ¿Dónde tiene el taxi?
- Aquí abajo, en el porche.
- Llévenos allí
Manolo, salió delante un tanto confundido y les condujo hasta el porche donde guardaba el taxi. Abrió la puerta y a la vista de todos apareció un Coche Ford negro con la banda roja de los taxis.
Las marcas mas comunes de los taxis en aquella época eran los Ford, Peugeot, Renault, Citroen, Hispano Suiza y Fiat.
Años atrás en 1920 el Ayuntamiento de Madrid había otorgado 800 licencias de taxis para coches con tracción animal, 100 licencias para motocicletas con side-cars, y 200 para automóviles. En 1926 el numero de taxis alcanzó los 2.250 automóviles y el de coches de tracción de sangre (simones) 225.
En ese mismo año se habían iniciado los tramites para crear la 1ª cooperativa taxista, pero la guerra paralizó la idea.
- Tiene usted que entregarnos las llaves del taxi y la documentación porque queda requisado para la guerra.
- Manolo subió a la casa y, sin decir nada a Consuelo, cogió las llaves y la documentación.
- Le daremos un recibo para que, cuando todo esto acabe, pueda usted reclamarlo.
Consuelo al enterarse por su marido de lo que habia pasado, con su habitual coraje, dijo :
- Hay que buscar a alguien que tenga buena relación con las autoridades porque no nos vamos a quedar cruzados de brazos, le debemos a mi padre medio coche o mas y además te acaban de dejar en el paro. Debemos hablar con mi padre porque el le ha servido siempre la harina al ejercito y supongo que lo seguirá haciendo.
El padre de Consuelo, se movió rápido y fue a buscar a un capitán del ejercito con el que solía tratar cuando este elegía a su Fabrica para comprar la harina.
- Nicolas, no puedo hacer nada , estamos en guerra, pero dile a tu yerno que lo que si puede hacer es ir al sitio donde se lo han confiscado y ofrecerse como conductor de su propio taxi, así no lo perderá de vista y lo podra cuidar porque nadie mas que el lo conducirá. Yo creo que, ese coche, al ser un coche bastante nuevo y de la marca Ford, lo utilizarán para transportar a algun jefe militar o a algun politico. No veo otra solución
- Pero eso significa que va a ser casi como un soldado
- Bueno, no hay que mirarlo así, no creo que vaya al frente con un coche como ese.
Manolo no lo pensó mucho y a Consuelo le asustó un poco, pero eran momentos difíciles donde eso era lo mínimo que podía pasar, además si estaba en contacto con alguien importante y era su chofer pues...no parecía que estuviera mal y así no se perdía de vista el coche...que valía mucho dinero.
Esa misma tarde Manolo se presentó en las dependencias donde le habían dicho que llevaban su coche, y allí estaba, en la misma puerta.
Tuvo que esperar mas de dos horas hasta que una persona le hizo pasar, le tomo los datos y le dijo que al día siguiente se presentase alli mismo y que trajera con el alguna ropa para mudarse, por si acaso. No le dijeron mas.
Al dia siguiente, muy temprano, Manolo salió de casa, sin hacer ruido, dejando a Santi y a Consuelo dormidos porque Santi había estado, como muchas noches, "de juerga en la cuna".
El 23 y 25 de Agosto los nacionalistas bombardean los aeropuertos de Getafe y Cuatro Vientos y, a partir del 27, empiezan a bombardear Madrid.
Este fue el primer bombardeo de este tipo y en el que se fuerza a la población civil a vivir pendiente de las alarmas aereas, acudir a los refugios a la hora que fuese, no encender luces de noche, etc.
Uno de los principales problemas que tuvieron que soportar las personas que vivían en Madrid en aquellos momentos fue, sin duda, el abastecimiento de la población, ya que la forma en que se inició el levantamiento militar y la geografía inicial del enfrentamiento marcó la problemática de ese abastecimiento al quedar perjudicada la zona republicana deficitaria en productos básicos.
En estos primeros meses de enfrentamiento Madrid era un inmenso estomago de casi un millón de habitantes. La sublevación militar había descompuesto el mapa geográfico del abastecimiento a Madrid al perder el trigo de Castilla la Vieja, los productos carnicos castellanos y de Extremadura y el pescado del Atlántico.
A esto hubo que añadir los problemas que se suscitaron en los transportes que quedaron, lógicamente, subordinados a las necesidades de la guerra
No obstante, hasta el mes de Septiembre de 1936 los madrileños no fueron plenamente conscientes de su delicada situación, de la que empezaron a darse cuenta cuando las reservas de víveres empezaron a escasear.
Como era de esperar el temor a lo que pudiese pasar en el futuro llevó a instituciones y particulares a acaparar alimentos aumentando rápidamente la magnitud del problema.
El sistema que las autoridades emplearon ante esta situación fue la utilización de vales que repartían a los partidos y sindicatos, y que eran canjeados en las tiendas de ultramarinos por artículos de primera necesidad.
Para distribuir los escasos alimentos, hasta marzo de 1937 no se crearon, como obligatorias, las cartillas de racionamiento.
La situación de escasez, junto al almacenamiento y ocultamiento de víveres con fines especulativos, propició que se desencadenara en Madrid una subida generalizada de precios en los productos alimenticios que desembocó, inevitablemente, en el nacimiento de un mercado negro donde los precios de los artículos de consumo llegaron a cantidades desorbitadas.
Las personas que tenían familiares en el campo estaban salvadas mientras en Madrid las largas colas a las puertas de los establecimientos se convirtieron en una imagen cotidiana y triste.
Manolo y Consuelo no pasaron, en principio, especiales dificultades al contar con los alimentos que traía Santiago, uno de los hermanos de Manolo, quien vivía, desde siempre, en Estremera de Tajo con su familia y se encargaba de sacar el fruto a las tierras que todos los hermanos habían heredado de sus padres.
Una vez al año, Santiago, visitaba a sus hermanos en Madrid y les traia "la matanza" que solia consistir en un cerdo de los que habaian sacrificado, ademas de varios sacos de patatas y otros productos del campo..
Durante la guerra era dificil hacerlo pero se las arreglaban para traer a Madrid alimentos que ayudasen a sus hermanos y a sus familias a sobrellevar los momentos mas difíciles.
X
Santi, con tres meses de edad era, lógicamente, ajeno a todo lo que estaba sucediendo y ya nadie se acordaba que había nacido con tan solo siete meses de embarazo de Consuelo; entonces ya dormía de un tirón por las noches porque su madre era buena lechera y no le faltaba alimento. Se llamaba Santiago aunque el bautizo, por la Iglesia. no se había podido hacer dada la situación de guerra civil que se vivia en Madrid.
La verdad había sido que Consuelo hubiera querido que se llamase Nicolás, como el abuelo, pero fue el propio D. Nicolás quien, al caer en la cuenta que el primer hijo de Consuelo y Manolo, su primer nieto, había nacido en un día tan señalado como el 25 de Julio, festividad de Santiago Apóstol, dijo con su acostumbrada autoridad
- : “No le debéis de quitar el nombre del Santo que, además, es mas bonito que el mío” .
No obstante una cosa era decidir el nombre del nieto y otra poder bautizarle “como Dios manda”, como decía el abuelo, es decir, en una Iglesia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)